Turquía anunció una reorganización de sus fuerzas de seguridad, una semana después de que una sección del ejército protagonizó un fallido golpe de Estado, y prometió que seguirá tomando medidas porque el peligro es aún latente.
El ministro turco del Interior, Efkan Ala, declaró este viernes que se produciría una serie de cambios institucionales a nivel de seguridad, el más significativo de los cuales sería la gendarmería que dejará de ser parte del ejército.
La gendarmería es responsable del orden público en zonas fuera de la jurisdicción de la policía, de la seguridad interna y del control general de las fronteras, y siempre ha sido parte de las fuerzas armadas, pero ahora dependerá del Ministerio del Interior, informa Notimex.
En entrevista con la emisora turca de noticias NTV, el ministro Ala habló sobre la reorganización y afirmó que la amenaza de golpe “aún no ha terminado”, por lo que reveló además que las autoridades han cancelado 10 mil 856 pasaportes debido al “riesgo de fuga”.
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De acuerdo con reportes del periódico local The Hurriyet, se espera que el Consejo Militar Supremo de Turquía (YAS) se reúna la próxima semana para discutir la reestructuración del ejército en las secuelas del intento de golpe contra el gobierno.
El presidente turco Recep Tayyip Erdogan y el primer ministro Binali Yildirim también advirtieron este viernes después de las oraciones musulmanas sobre la posibilidad de que se llevase a cabo un segundo intento de golpe militar.
Erdogan aseguró que el gobierno tiene el control de la situación pero que la amenaza de golpe no ha desaparecido y reiteró su acusación hacia el exiliado clérigo turco Fetullah Gülen de planear la violencia por lo que seguirá exigiendo a Estados Unidos que lo extradite.
“Nuestra solidaridad, nuestra postura va a continuar. Debemos seguir unidos”, sostuvo el presidente turco, mientras que por separado y en mismo sentido se pronunció Yildirim quien dijo que el riesgo de otro golpe persiste.
El primer ministro sin embargo instó a los ciudadanos a mantener la calma y prometió que el gobierno seguirá tomando medidas en contra de “peligros” similares a los hechos del pasado 15 de julio, según despachos de la agencia turca de noticias Anadolu.
Garantizó a la población que la seguridad ha sido restaurada en todo el país, donde está vigente un estado de emergencia de tres meses, mismo que fue declarado el pasado jueves.
“Lo que importa ahora es detener el problema (el intento de golpe), que evitamos se convierta en otra amenaza”, puntualizó y agregó que la prioridad es “garantizar la paz eliminando todas las preocupaciones y controlando las instituciones a fondo”.