A seis días de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Francia, el centrista Emmanuel Macron y su rival de extrema derecha Marine Le Pen continuaban sus campañas con sendos mítines en un día feriado con manifestaciones de rechazo a los dos candidatos.
En un virulento discurso, Marine Le Pen instó a los franceses a «bloquear las finanzas, la arrogancia, el rey dinero», acusando a su rival de ser «el candidato del sistema» por haber trabajado en la banca y como ministro del presidente saliente, el socialista François Hollande.
Antes de este mitin, responsables de su partido, el Frente Nacional, depositaron un ramo de flores al pie de una estatua de Juana de Arco en París, homenajeada por «su amor a la nación» cada 1 de mayo por este partido antiinmigración y anti-UE.
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Mientras tanto, Emmanuel Macron, que dará un mitin al final del día, descubría una placa en memoria de un joven marroquí asesinado en París por militantes próximos a la ultraderecha en 1995 al margen de una concentración política de Jean-Marie Le Pen, padre de la candidata de extrema derecha y fundador del Frente Nacional en 1972.
Con la intención de situarse en el terreno de los «valores» que pretende encarnar frente a la ultraderecha, el centrista de 39 años ha asistido a varias conmemoraciones relacionadas con la lucha contra el extremismo y la «barbarie» de la Segunda Guerra Mundial.
La horquilla se cierra más entre los dos finalistas. Los sondeos dan a Macron el 59% de la intención de voto y a Le Pen el 41%.
Por todo el país, varias decenas de miles de personas se manifestaron contra Marine Le Pen, pero también contra el liberalismo de Emmanuel Macron.
La unión sindical que se formó en 2002 contra la clasificación del padre de la candidata del Frente Nacional para la segunda vuelta no se ha repetido esta vez.
Este año, los sindicatos están divididos con respecto a las consignas para los votantes y al lema para la tradicional marcha del Día de los Trabajadores.
– La baguette, en francos –
Por un lado, la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT) y el UNSA llamaron a votar por Macron en la segunda vuelta, que se celebrará el 7 de mayo.
Junto con la Federación de Asociaciones General de Estudiantes (FAGE) se manifestaban a partir de las 11H00 locales (09H00 GMT) en el noreste de París para expresar su rechazo «a la visión reaccionaria e identitaria del Frente Nacional».
Por otro lado están los sindicatos de izquierda, la CGT, la FSU, Solidaires y Fuerza Obrera (FO). Los tres primeros llamaron a cortar el camino a Le Pen, pero sin mencionar directamente a Macron. FO siguió fiel a su tendencia de mantener una independencia frente a los partidos políticos y se abstuvo de dar ninguna consigna.
Estos cuatro sindicatos tenían previsto desfilar juntos a partir de las 14H30 (12H30 GMT), en el tradicional recorrido entre la Plaza de la República y la Plaza de la Nación, en París.
Varios cientos de manifestantes se congregaron paralelamente en París «contra el fascismo y el capitalismo», atendiendo el llamado de organizaciones anarquistas. Una «marcha negra» contra la extrema derecha está prevista también este lunes.
El 1 de mayo de 2002, 1,3 millones de personas salieron a las calles de París y de toda Francia, convocadas por los sindicatos, para «bloquear con el voto a Jean-Marie Le Pen», que, con el 18% de los votos, fue vencido por Jacques Chirac.
En un país golpeado por la desindustrialización y un desempleo endémico del 10%, la candidata de ultraderecha, que intenta suavizar la imagen de su partido, se presenta como la candidata «del pueblo y de los obreros».
Si resulta elegida, «un año después, muy probablemente» los franceses pagarán su baguete «en francos», prometió su mano derecha, Florian Philippot.
Macron denunció el domingo a «una conversa reciente» a la causa «del pueblo», considerando que le Pen «utiliza» al pueblo, «algo propio de los extremos, de los verdaderos demagogos» y que «se burla» de él. AFP