Un convoy humanitario ingresó este viernes en el enclave rebelde de Guta Oriental, cerca de Damasco, pero su misión corre peligro debido a los bombardeos de las fuerzas leales al régimen, que continúan una devastadora ofensiva iniciada hace casi tres semanas.
Más de 940 civiles, entre ellos unos 200 niños, murieron desde el 18 de febrero en los ataques de las fuerzas prorrégimen que intentan apoderarse de este último feudo rebelde a las puertas de Damasco, bastión del poder de Bashar Al Asad.
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Médicos Sin Fronteras (MSF) reclamó la entrada sin obstáculos de material médico en el enclave rebelde, denunciando una «terrible catástrofe médica».
Tras una noche excepcionalmente tranquila en el feudo rebelde, un convoy de 13 camiones que transportan alimentos ingresó en el sector por la mañana, indicó en Damasco la portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja (CIRC), Ingy Sedky.
Esta ayuda, que no pudo ser entregada el lunes por los bombardeos, empezó a ser distribuida en Duma, la principal ciudad del enclave. Ingy afirmó sin embargo que esperaba que el material médico pudiera ser distribuido la semana próxima.
Pero nuevos bombardeos a finales de la mañana ponían en peligro esta distribución, advirtió el coordinador humanitario de la ONU en Siria, Ali Al Zaatari.
Este responsable dio cuenta de bombardeos cerca de Duma a pesar de las «garantías de seguridad proporcionadas por las partes, entre ellas Rusia», aliada del régimen.
Se produjo una veintena de ataques aéreos contra las localidades de Jisrin y Duma, causando 20 heridos, indicó el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).
– Necesidad urgente –
El jueves, una entrega de ayuda «no fue autorizada» por el régimen «por razones de seguridad», según la ONU.
MSF denunció una «terrible catástrofe médica» en Guta Oriental. «El material médico es extremadamente limitado, las infraestructuras médicas fueron alcanzadas por los bombardeos y los tiros de artillería, y el personal médico está al límite de sus fuerzas».
Quince de los 20 hospitales y clínicas con los que la organización colabora se vieron dañados en los bombardeos, «reduciendo todavía más su capacidad de suministrar cuidados médicos», según la oenegé. «La necesidad de reabastecimiento médico masivo es cada vez más urgente».
Prosiguiendo su ofensiva, las fuerzas prorrégimen consiguieron retomar más de la mitad del enclave, controlado por dos facciones rebeldes y donde unos 400.000 habitantes se encuentran asediados desde 2013.
Rusia, que desplegó soldados en Guta, anunció hace 11 días una «pausa humanitaria» diaria de cinco horas para permitir la salida de civiles y la entrada de ayuda.
Los medios oficiales sirios anunciaron la apertura de dos nuevos pasos desde el jueves, pero por ahora no se ha registrado ninguna salida de civiles.
– Negociaciones –
Según el director del OSDH, Rami Abdel Rahman, se estaban llevando a cabo negociaciones para poner fin a las hostilidades en Guta y permitir que los civiles y combatientes salgan del enclave.
La agencia oficial Sana dio cuenta por su parte «de informaciones sobre la salida prevista más tarde en el día de decenas de civiles» a través del paso de Al Wafidin.
Un negociador en Hamuriya declaró a la AFP que una «delegación civil» había salido de la localidad «para negociar con el régimen con el fin de alcanzar una solución y poner fin a los combates en Hamuriya».
«¡Basta de destrucciones y muertos! Queremos salvar a nuestros hijos y a todos los que no están muertos», dijo Abu Ryad, de 47 años.
Decenas de habitantes de Hamuriya se manifestaron llevando banderas sirias y pidiendo el fin de los combates, según el OSDH.
El conflicto sirio, iniciado con la represión de manifestaciones prodemocracia, se ha vuelto más complejo a lo largo de los años con la implicación de actores regionales e internacionales y de grupos yihadistas. Ha causado más de 340.000 muertos. AFP