
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el miércoles la liberación de tres estadounidenses detenidos por Corea del Norte, elogiando el «gesto de buena voluntad» del líder norcoreano Kim Jong Un, con quien prevé reunirse en las próximas semanas.
Al día siguiente de su decisión de retirar a Estados Unidos del acuerdo nuclear iraní, firmado por su predecesor Barack Obama, Trump busca mostrar que se está ocupando de otro importante asunto relacionado con la amenaza nuclear.
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«Me complace informarles que el secretario de Estado, Mike Pompeo, está en el aire y de regreso de Corea del Norte con los tres maravillosos caballeros que todos esperan con ansias», escribió en Twitter el mandatario.
«Parecen estar en buen estado de salud», agregó, anunciando, sin ocultar su emoción, que los recibirá personalmente cuando lleguen a la base militar de Andrews cerca de Washington el jueves a las 02H00 (06H00 GMT).
Pyongyang otorgó a los tres hombres una «amnistía», dijo un funcionario estadounidense.
Dos de los liberados, el experto agrícola Kim Hak-song y el exprofesor Tony Kim, fueron arrestados en 2017, mientras que Kim Dong-chul, un empresario estadounidense nacido en Corea del Sur y pastor de unos 60 años, había sido sentenciado a 10 años de trabajos forzados en 2016.
Las autoridades de Corea del Norte arrestaron en el pasado a ciudadanos estadounidenses, la mayoría de los cuales quedaron en libertad tras la intervención de personalidades.
El expresidente Bill Clinton, por ejemplo, viajó a Pyongyang en 2009 para la liberación de dos periodistas condenados a 12 años de trabajos forzados por cruzar ilegalmente la frontera.
La decisión de Corea del Norte de liberar a los tres hombres parece allanar el camino para una cumbre muy esperada entre Trump y el líder norcoreano Kim, que puede tener lugar a fines de mayo o principios de junio.
– No en la Zona Desmilitarizada –
Trump dijo a periodistas en la Casa Blanca que la hora y el lugar se anunciarían «en los próximos tres días», descartando la Zona Desmilitarizada (DMZ por su sigla en inglés) que divide la península de Corea como sede de la reunión.
Hasta ahora, Trump había mencionado la DMZ -establecida tras el fin de la guerra de Corea en 1953- y Singapur como posibles sitios para la histórica reunión.
La DMZ fue sede en abril de una sonada cumbre entre los mandatarios de Corea del Norte y Corea del Sur, la tercera tras la guerra.
En esa cita, Kim y el presidente surcoreano Moon Jae-in reafirmaron su compromiso con el objetivo común de una «desnuclearización completa» de la península, pero restan por definirse los términos de un eventual acuerdo.
El Norte y el Sur convinieron además mantener conversaciones con Estados Unidos, y posiblemente China, para lograr un pacto para fin de año. La guerra de Corea, en la que China apoyó al Norte y Estados Unidos al Sur, terminó con un armisticio pero sin un tratado de paz.
Kim se reunió con el presidente chino Xi Jinping el martes por segunda vez en seis semanas, dejando en evidencia los esfuerzos de estos dos aliados de la Guerra Fría por normalizar las degradadas relaciones entre Pyongyang y Washington.
Según la agencia de noticias oficial de China, Kim le dijo a Xi que no había necesidad de que Corea del Norte fuera un Estado nuclear, «siempre y cuando las partes interesadas dejaran sin efecto sus políticas hostiles y las amenazas a la seguridad» de Corea del Norte.
Trump ha exigido que Corea del Norte renuncie irreversiblemente a sus armas nucleares, pero Kim ha dado pocos indicios de lo que está dispuesto a conceder o lo que va a exigir a cambio. Pyongyang ha insistido en que Estados Unidos retire su apoyo a Corea del Sur, donde están estacionados más de 30.000 efectivos militares estadounidenses.
Hasta los Juegos Olímpicos de Invierno de febrero en Corea del Sur, que aliviaron las tensiones, Kim y Trump intercambiaban insultos personales y amenazas apocalípticas en medio de una campaña de «presión máxima» de Washington a Pyongyang, que incluyó sanciones económicas y pedidos de un compromiso mayor de China.
El funcionario norcoreano Kim Yong Chul, quien se reunió con Pompeo en Pyongyang, insistió en que la apertura del país a las conversaciones «no fue el resultado de sanciones impuestas desde el exterior», sino un cambio en el enfoque del régimen.
«Hemos perfeccionado nuestra capacidad nuclear. Es nuestra política concentrar todos los esfuerzos en el progreso económico en el país», dijo. AFP