
La rapidez con la que centenares de miles de refugiados rohinyás regresarán a Birmania debe decidirla Bangladés, dijo este martes la líder birmana, Aung San Suu Kyi, muy criticada por su gestión de esta crisis.
«Es muy difícil para nosotros establecer un cronograma unilateralmente, porque tenemos que trabajar con Bangladés para concretarlo», señaló este martes en una conferencia en Singapur la premio Nobel de la Paz.
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«Bangladés debe decidir qué tan rápido debe realizarse este proceso», añadió.
Más de 700.000 miembros de la minoría musulmana rohinyá huyeron del país el año pasado tras una ofensiva del ejército birmano, considerada por la ONU como una «limpieza étnica», expresión que Rangún (ex capital y gran metrópoli birmana) niega.
Estos desplazados encontraron refugio en el vecino Bangladés. En noviembre de 2017, Daca y Naipyidó (capital política birmana) firmaron un acuerdo que estipulaba un periodo «de dos meses» para el regreso de los refugiados a Birmania, pero el mismo está paralizado.
Los rohinyás quieren recibir garantías por parte de las autoridades birmanas en lo que concierne a su seguridad y derechos de ciudadanía.
Tratados como extranjeros en Birmania, país con más del 90% de su población budista, los rohinyás fueron despojados de la ciudadanía en 1982, y están sujetos a muchas restricciones en el país: carecen de acceso al mercado laboral y a los servicios públicos (escuelas y hospitales), entre otros.