
El presidente ruso Vladimir Putin y su homólogo turco Recep Tayyip Erdogan abogaron este miércoles por coordinar de manera más estrecha sus acciones sobre Siria en una reunión en Moscú.
«La cooperación entre Rusia y Turquía es un punto clave para la paz siria y la estabilidad», dijo Erdogan en una conferencia de prensa conjunta luego de la reunión de cerca de tres horas.
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«Con nuestros amigos rusos tratamos de estrechar mucho más nuestra coordinación», agregó.
«Acordamos sobre la manera de cómo coordinar nuestro trabajo», dijo Putin, quien calificó las conversaciones, en las que participaron los ministros de defensa, de «efectivas».
Al comienzo del encuentro en el Kremlin, Putin se dirigió a Erdogan como «querido amigo», y añadió que sus países «trabajan en asuntos de seguridad regional y cooperan de manera activa en Siria».
Erdogan dijo lo mismo de Putin y añadió que «nuestra solidaridad aporta una gran contribución a la seguridad de la región».
Los líderes se encuentran en posiciones opuestas en el conflicto sirio: Rusia ofrece apoyo al gobierno sirio, mientras que Turquía apoya a los grupos rebeldes que combaten las fuerzas del presidente Bashar al Asad.
Sin embargo, han trabajado estrechamente para encontrar una solución política para un conflicto que ya tiene siete años.
Los mandatarios acordaron coordinar las operaciones después de que el presidente estadounidense Donald Trump anunciara en diciembre que retirará a los 2.000 soldados desplegados en Siria.
Erdogan había adelantado el lunes que defenderá ante Putin la necesidad de crear una «zona de seguridad» bajo control turco en el norte de Siria, una iniciativa apoyada por Trump.
Los kurdos son aliados de los estadounidenses y controlan la mayor parte de esta región, motivo por el cual se oponen categóricamente a los planes turcos y temen una ofensiva de Ankara.
Desde el comienzo de la guerra, Rusia defiende que el régimen sirio debe recuperar la totalidad del territorio.
«Estamos convencidos de que la única solución correcta y óptima es devolver estos territorios bajo control del gobierno sirio (…), tomando en consideración que los kurdos deben tener garantizadas las condiciones necesarias» para residir en su zona, declaró la semana pasada el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.
– Cumbre con Irán –
La retirada de Estados Unidos fue un golpe de suerte para los planes del Kremlin y de Damasco. Tanto que las fuerzas turcas más expuestas pidieron ayuda al régimen sirio ante la perspectiva de un ataque turco.
Rusia aplaudió la entrada en diciembre de las tropas sirias en la región de Manbij por primera vez en seis años después de que una milicia kurda lo pidiese.
Rusia prepara una cumbre con Turquía e Irán para los próximos meses con el objetivo de proseguir con el proceso de paz de Astaná, lanzado por estos tres países en 2017. «Por el momento no se ha fijado ninguna fecha, pero después de la negociación con Erdogan comenzaremos con los preparativos», afirmó a mediados de enero el asesor del Kremlin, Yuri Ushakov.
La última cumbre entre Putin, Erdogan y el presidente iraní Hasan Rohani se celebró en septiembre en Teherán y giró en torno al futuro de la provincia de Idlib (noroeste). Se saldó con un fracaso.
Rusia y Turquía vivieron en 2015 una fuerte crisis después de que el ejército turco derribara un avión militar ruso que sobrevolaba Siria. Se reconciliaron al año siguiente.
Actualmente los dos países cooperan estrechamente sobre Siria, en el ámbito energético (Rusia construyó la primera central nuclear en Turquía) y en el sector armamentístico. AFP