El retroceso de Brasil en la conservación de la Amazonía durante el mandato del presidente Jair Bolsonaro y el probable retorno de un peronista al poder en Argentina podrían retrasar o incluso descarrilar la ratificación de un acuerdo comercial entre la Unión Europea y Mercosur, que demoró dos décadas en negociarse.
La deforestación ha aumentado desde el año pasado tras la elección de Bolsonaro. Sus planes para desarrollar el Amazonas y las medidas para debilitar la protección de la selva tropical han alarmado a ecologistas y han dado munición a los opositores europeos al acuerdo con el mercado común sudamericano.
Dos exministros de Medio Ambiente de Brasil, José Sarney e Izabella Teixeira, dijeron que Bolsonaro ha socavado rápidamente la reputación que Brasil había ganado como productor responsable de alimentos y líder en foros ambientales mundiales.
“Nadie imaginó que desmantelaría los mecanismos de gestión y control de Brasil para proteger el medio ambiente de manera tan rápida y eficaz”, dijo Sarney en una entrevista.
Sarney dijo que Bolsonaro ha desmoralizado deliberadamente a las agencias ambientales y ha dado a los mineros ilegales un incentivo para talar árboles e invadir reservas indígenas.
La presidencia de Brasil no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
Sarney dijo que hay un “alto riesgo” de que algunos parlamentos de la UE, particularmente de los grandes países agrícolas como Francia, no ratifiquen el acuerdo al que llegaron el mes pasado con Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay.
El presidente francés, Emmanuel Macron, advirtió en junio de que no ratificaría el pacto UE-Mercosur si Bolsonaro retiraba a Brasil del acuerdo climático de París.
Ante la tensión con Francia por la política de cambio climático y medioambiente, Bolsonaro canceló repentinamente una reunión del 29 de julio con el canciller francés Jean-Yves Le Drian para ir a cortarse el pelo.
Alemania y Noruega han suspendido las donaciones a un fondo de 1.200 millones de dólares para respaldar proyectos sostenibles en la Amazonía, luego que el gobierno cerró el comité directivo que selecciona las iniciativas y planeó usarlo para compensar a agricultores a los que se les expropiaron tierras en áreas protegidas.
Bolsonaro, un nacionalista de derecha que ha atacado la injerencia extranjera en la Amazonía, replicó que Brasil no tenía nada que aprender de los países europeos y que no necesitaba el dinero. Los fondos, agregó, deberían usarse para reforestar Alemania.
Diplomáticos y analistas europeos dijeron que la posición de Bolsonaro sobre el Amazonas elevará la oposición al acuerdo con Mercosur, que ya ha enfrenta críticas.
“Básicamente, tienes un presidente que está torpedeando este acuerdo, no solo con su política ambiental, sino con la forma en que la presenta al mundo”, dijo Oliver Stuenkel, experto en asuntos internacionales de la Fundación Getulio Vargas en Sao Paulo.
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La deforestación en Brasil más que se triplicó en lo que va de año a julio, según datos de la agencia de investigación espacial INPE de Brasil. Bolsonaro acusó que la información era engañosa y despidió al jefe de la agencia.
Al poderoso sector agroindustrial de Brasil, que logró convencer a Bolsonaro de que no retirara al país del acuerdo de París, le preocupa que su postura sobre el Amazonas pueda provocar un boicot a sus exportaciones.
El magnate de la agricultura y exministro de Agricultura, Blairo Maggi, dijo al periódico Valor Economico que los discursos “agresivos” de Bolsonaro podrían hundir el acuerdo UE-Mercosur y destruir años de trabajo para lograr que las exportaciones de alimentos de Brasil tengan un sello ecológico.
Walter Schalka, presidente ejecutivo de Suzano Papel e Celulose SA, instó a los líderes agrícolas esta semana a levantar su voz en contra del aumento de la deforestación en la Amazonía.
“Brasil tendrá que demostrar que puede producir sus productos de manera sostenible, sin aumentar la deforestación”, dijo a Reuters el exministro Teixeira. “Hoy los países cuestionan la credibilidad de Brasil”.
CAMBIA ARGENTINA
Las elecciones primarias del domingo en Argentina colocaron el acuerdo UE-Mercosur bajo una nueva sombra de incertidumbre, luego de que el candidato peronista Alberto Fernández emergió como favorito para ganar las elecciones presidenciales en octubre.
Fernández ha dicho que quiere renegociar partes del acuerdo comercial que no le convienen a Argentina, lo que podría complicar un pacto ante la creciente resistencia en Europa.
“Si Fernández es elegido y quiere renegociar partes del acuerdo, tendría que reabrirse entero. Volveríamos al punto de partida”, dijo un diplomático europeo en Brasil a condición de anonimato debido a lo delicado del asunto.
Si bien Fernández es un peronista moderado, su compañera de fórmula es la expresidente argentina Cristina Fernández de Kirchner, partidaria del proteccionismo y no demasiado partidaria del acuerdo con la UE.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil no quiso hablar de las perspectivas del acuerdo UE-Mercosur si gana Fernández. Reuters