Dos helicópteros del ejército neozelandés aterrizaron el viernes de madrugada en la isla volcánica de White Island, pese a los riesgos de erupción, para recuperar los ocho cuerpos que aún se encuentran en el lugar.
Los dos aparatos partieron del aeropuerto de Whakatane cuando se hacía de día rumbo a esta isla, donde la inesperada erupción del volcán el lunes habría matado al menos a 16 personas que visitaban el lugar, según un balance provisional.
«El equipo de recuperación que efectúa la operación para traer los cuerpos de White Island aterrizó en la isla», indicó un comunicado de la policía.
En paralelo, la policía trasladó a las familias de las víctimas cerca de la isla en un barco, y se organizó una bendición maorí.
Ocho cuerpos siguen en el volcán, según las autoridades, que aceptaron esta peligrosa misión, presionadas por las familias, a pesar de la advertencia de los expertos de que la posibilidad de una nueva erupción en las próximas 24 horas ha aumentado a 50-60%.
Vulcanólogos seguirán en directo los datos de la actividad sísmica del volcán, mientras el equipo, formado por ocho militares, intentará recuperar los cuerpos.
Si se produce el mínimo riesgo de erupción, el operativo será anulado.
«El riesgo no ha terminado. Por supuesto voy a estar preocupado esta noche», declaró un responsable de la policía, Mike Clement.
«La gente se está colocando en la primera línea para hacer lo que hay que hacer. Nuestros pensamientos, nuestras oraciones y nuestro amor estarán con ellos», agregó.
Con la ayuda de drones y helicópteros que volaron cerca del volcán inmediatamente después de la erupción, las autoridades ubicaron a seis de los ocho cuerpos que se encuentran aún en la isla.
– Frustración de las familias –
Recuperar esos seis cadáveres será la prioridad, afirmó Clement. Luego serán trasladados a la fragata militar HMNZS Wellington anclada cerca de la costa.
El número de víctimas mortales por la erupción que tuvo lugar el lunes se estima en 16, incluyendo estos ocho cadáveres, entre los que se encuentra el guía turístico neozelandés Hayden Marshall-Inman.
Su hermano Inman ha sintetizado la frustración de las familias por las demoras para recuperar los cadáveres, criticando la «burocracia» y la falta de liderazgo, y ofreciéndose él mismo para ir a la isla.
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El volcán sigue despidiendo gases tóxicos y la isla quedó cubierta de una espesa capa de cenizas acompañadas de ácido.
La mayoría de las 29 personas que permanecen hospitalizadas, 22 de Nueva Zelanda y 7 de Australia, sufren quemaduras graves.
«Todos estos pacientes, cuyo estado todavía se considera crítico (…), necesitan muchos cuidados intensivas», declaró Ashley Bloomfield, directora general del ministerio de Salud.
– 1,2 millones de cm2 de piel –
Cerca de 1,2 millones de cm2 de piel han sido enviados de Australia y Estados Unidos para los numerosos trasplantes.
Algunas de las víctimas han sido trasladadas al extranjero para descongestionar los servicios médicos.
La policía indicó que dos personas fallecieron en el hospital en las últimas horas, con lo que el saldo confirmado de muertos subió a ocho.
Knox Grammar, profesora en Sídney, indicó que se trataba de dos hermanos, Matthew y Berend Hollander. Sus padres siguen desaparecidos.
En el momento de la súbita explosión en el volcán había en la isla 47 personas, la mayoría turistas de Nueva Zelanda, Australia, Estados Unidos, Reino Unido, China, Alemania y Malasia, además de sus guías.
El primer ministro australiano, Scott Morrison, dijo que uno de sus conciudadanos figura entre los fallecidos.
La muerte de un malasio fue confirmada, y las autoridades británicas y estadounidenses indicaron que varios de sus ciudadanos habían resultado heridos.
White Island es el volcán con más actividad del archipiélago neozelandés, según la agencia gubernamental GeoNet.
Alrededor de 17.000 turistas lo visitan cada año. Ha registrado erupciones frecuentes en los últimos 50 años, la última, en 2016. Este año, se trasladó un contenedor de 2,4 toneladas hasta la isla, en avión, para que fuera usado como refugio en caso de erupción. AFP