Un comité de la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó el viernes dos cargos contra el presidente Donald Trump, por abuso de poder y por obstrucción del Congreso, abriendo la vía para el tercer juicio político de un mandatario en la historia del país.
El Comité Judicial de la Cámara baja, controlado por los demócratas, validó por 23 a 17 votos ambos cargos, avanzando así el proceso de acusación del presidente republicano.
«Hoy es un día solemne y triste», dijo el presidente del comité, Jerry Nadler, después de las votaciones, que fueron convocadas con sorprendente rapidez luego de un enconado y maratónico debate televisado el día anterior que se extendió hasta casi la medianoche.
Trump es acusado de abusar de su cargo al pedirle a Ucrania investigar a su posible rival electoral en 2020 Joe Biden, reteniendo como forma de presión ayuda militar crucial para ese país en conflicto con Rusia. El mandatario es señalado además de bloquear los esfuerzos de los legisladores para investigar sus acciones.
Los llamados «artículos de acusación» deberán ahora ser considerados por el pleno de la Cámara de Representantes en una votación esperada para el miércoles 18, según medios locales.
Dada la mayoría demócrata en la Cámara baja, Trump seguramente sea sometido a juicio político como sus pares Andrew Johnson en 1868 y Bill Clinton en 1998.
Seguiría luego un juicio en el Senado, que se prevé para enero.
Pero al igual que Johnson y Clinton, se cree que Trump será absuelto en la Cámara alta, donde los republicanos aliados del presidente tienen 53 escaños frente a los 47 de los demócratas y una condena requiere una mayoría de dos tercios.
El líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, dijo el jueves a Fox News que «no hay ninguna posibilidad de que el presidente sea destituido».
– «Farsa desesperada» –
La Casa Blanca consideró la aprobación de los cargos contra Trump como el «final vergonzoso» de una «farsa desesperada».
«El presidente espera recibir en el Senado el trato justo y el debido proceso que la Cámara sigue negándole vergonzosamente», dijo la jefa de prensa de Trump, Stephanie Grisham, en un comunicado.
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«Las encuestas se han ido por las nubes», dijo a periodistas al recibir en la Casa Blanca a su homólogo paraguayo, Mario Abdo.
Trump busca ser reelecto en noviembre del año que viene, pero el impacto de este procedimiento en su campaña aún es incierto. Por ahora, los estadounidenses siguen divididos sobre el proceso de destitución: el 46,5% lo apoya frente al 46,5% que se opone, según el promedio de sondeos de RealClearPolitics.
– Profundas divergencias –
La investigación en la Cámara de Representantes para evaluar si había méritos para enjuiciar a Trump fue lanzada por los demócratas a fines de septiembre tras conocerse la denuncia de un informante no identificado sobre una llamada telefónica el 25 de julio entre Trump y su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski.
Desde entonces, primero en sesiones a puertas cerradas y luego en audiencias públicas televisadas, los legisladores buscaron determinar si Trump usó la política exterior estadounidense para su beneficio personal al solicitarle a Zelenski que investigara por presunta corrupción al exvicepresidente demócrata Biden.
La revisión de la acusación contra Trump en el Comité Judicial, que se extendió por unas cuatro horas el miércoles y por unas 14 el jueves, volvió a poner en evidencia las profundas divergencias entre demócratas y republicanos.
Para los primeros, con sus acciones el presidente violó la Constitución, puso en peligro la seguridad nacional y socavó la integridad de las elecciones de 2020, además de «obstaculizar» la labor del Congreso al negarse a colaborar con la investigación.
Pero para los segundos, el proceso es una puesta en escena con fines políticos por parte de una «corte de marionetas», motivada por el temor de perder nuevamente la Casa Blanca en 2020.
El presidente y sus aliados republicanos niegan que haya habido «presión» a Kiev, y consideran legítimos los pedidos de investigación para despejar las sospechas de conducta inapropiada de Biden en relación con los negocios en Ucrania de su hijo Hunter, quien entre 2014 y 2019 integró el directorio de la empresa de gas Burisma.
«Esto es realmente una parodia para Estados Unidos y realmente está destrozando a Estados Unidos», dijo el viernes la legisladora republicana Debbie Lesko.
«Nadie está por encima de la ley», tuiteó sin embargo su colega demócrata Karen Bass. AFP