Con la solemne lectura de los cargos, comenzó este jueves en el Senado de Estados Unidos el juicio político contra el presidente Donald Trump por abuso de poder y obstrucción del Congreso.
Bajo un estricto silencio, los 100 senadores estadounidenses encargados de juzgar al mandatario prestaron juramento este jueves ante el presidente de la Corte Suprema, John Roberts, encargado según marca la Constitución de presidir el proceso.
Los congresistas de la Cámara Alta juraron «impartir justicia de manera imparcial de acuerdo con la Constitución y las leyes» frente al magistrado de mayor rango en el país, quien previamente, vestido con su toga negra, hizo el mismo juramento con la mano sobre la Biblia.
La primera audiencia del juicio en el Senado comenzará el martes a las 13H00 (18H00 GMT).
El juicio comenzó al mediodía, cuando los siete demócratas de la Cámara de Representantes designados fiscales comparecieron en el Senado para leer la acusación aprobada el 18 de diciembre en la Cámara Baja del Congreso.
Trump es acusado de «crímenes graves y delitos menores», dijo Adam Schiff, presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara Baja, que se desempeñará como fiscal principal del juicio.
Trump «actuó de manera contraria a la confianza depositada en un presidente y subversiva para la conducta del gobierno», continuó.
El mandatario es acusado de abuso de poder por retener ayuda militar a Ucrania, así como por prometer una reunión de la Casa Blanca al presidente de ese país a cambio de una investigación sobre el rival con más opciones de disputarle las elecciones presidenciales, el demócrata Joe Biden.
Una vez que se conoció este caso, Trump presuntamente obstaculizó la investigación del Congreso al prohibir a sus asesores testificar o proporcionar documentos, agregó Schiff.
– «Imparcial» –
Después de esta sesión, Trump dijo que no había hecho «nada malo» y se presentó como una víctima de una «caza de brujas» orquestada por los demócratas, que controlan la Cámara de Representantes.
Ahora, se espera que la Cámara Alta absuelva a Trump. Para condenar y destituir a un presidente se requiere el apoyo de dos tercios del Senado, algo altamente improbable en la Cámara Alta dominada por los republicanos.
El jefe republicano del Senado, Mitch McConnell, quien ha sido extremadamente crítico con la acusación de Trump, prometió el jueves que las cosas serían diferentes en el Senado.
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Un funcionario de la administración Trump dijo a periodistas que el gobierno espera que el juicio no dure más de dos semanas, sugiriendo que McConnell podría usar su mayoría republicana de 53-47 para no llamar a testigos y llevar rápidamente los cargos a votación.
A esa teoría pareció sumarse Trump el jueves por la tarde: «Debería ir muy rápido», dijo el presidente.
Schiff, de 59 años y una de las bestias negras del presidente, ha supervisado la investigación contra el presidente y liderará la acusación como jefe de la Comisión de Investigación de la Cámara de Representantes.
El equipo de Schiff incluye seis parlamentarios demócratas que reflejan la diversidad de los representantes del partido. Nancy Pelosi explicó que los había elegido por su «experiencia legal» como exfiscales, abogados o incluso jefes de policía.
A pesar de las pocas posibilidades de que 20 senadores voten en contra del presidente para que se alcance el número necesario para la destitución, los demócratas esperan que el juicio saque a flote nuevos elementos embarazosos para Trump, y exigen que testifiquen cuatro asesores cercanos al presidente.
– «Sabía exactamente» –
La Oficina de rendición de cuentas del gobierno (GAO) concluyó en un informe publicado el jueves que la Casa Blanca violó la ley federal al suspender temporalmente los fondos aprobados por el Congreso para Ucrania.
«El cumplimiento fiel de la ley no permite que el presidente sustituya sus propias prioridades políticas por las que el Congreso ha promulgado», indicó la GAO, organismo de control del Congreso.
Los demócratas publicaron documentos esta semana que muestran que el abogado personal de Trump, Rudy Giuliani, trabajó con el estadounidense nacido en Ucrania Lev Parnas para presionar a Kiev para que investigara a Biden.
También expusieron cómo ambos, junto con funcionarios ucranianos, trataron de expulsar a la embajadora estadounidense en el país, Marie Yovanovitch, finalmente despedida por Trump.
En una entrevista televisada el miércoles, Parnas le dijo a la cadena MSNBC que «el presidente Trump sabía exactamente lo que estaba pasando».
«Estaba al tanto de todos mis movimientos. No haría nada sin el consentimiento de Rudy Giuliani o el presidente», dijo. AFP