Los talibanes, que permanecieron durante cinco años en el poder en Afganistán hasta 2001, libran desde hace 18 años una guerrilla incesante contra las fuerzas armadas afganas y las tropas internacionales que las apoyan.
El acuerdo histórico que tiene previsto firmar el sábado con Estados Unidos le da un peso nuevo a este movimiento radical islamista.
-¿Quiénes son los talibanes? –
Son un movimiento islamista radical de credo sunita que gobernó Afganistán de 1996 a 2001, antes de ser expulsados del poder por la coalición liderada por Estados Unidos.
Desde entonces, libra una rebelión sangrienta contra las fuerzas afganas y occidentales, con el objetivo de expulsar a los «ocupantes» extranjeros, derrocar al gobierno al que no reconocen legitimidad alguna y restablecer el «emirato islámico».
– ¿De dónde vienen? –
El movimiento surgió inicialmente en el sur de Afganistán. Entonces representaban principalmente a la etnia pastún, mayoritaria en el país. El país estaba entonces inmerso en una guerra civil tras el desmoronamiento en 1991 del régimen comunista apoyado por los soviéticos.
Los talibanes, que prometieron restaurar la paz y la seguridad, fueron aclamados por una población agotada por la guerra. Rápidamente asumieron el control de extensas zonas del país antes de conquistar Kabul en 1996 y proclamar el «Emirato Islámico de Afganistán».
En 1998, el régimen controlaba en torno al 90% del territorio, con excepción de bolsones de resistencia en manos de la Alianza del Norte.
– ¿Cómo gobernaron? –
En el poder, los talibanes fueron acusados de violar los derechos humanos con la imposición estricta de la ‘sharia’, la ley islámica. Realizaron ejecuciones públicas, a veces lapidaciones, de mujeres acusadas de adulterio y amputaban manos a las personas reconocidas culpables de robo.
A las mujeres las despojaron de todo derecho fundamental, las obligaban a permanecer encerradas en sus casas y les prohibieron trabajar o asistir a la escuela y cuando salían tenían que ir cubiertas con el burka (velo integral).
Los hombres estaban obligados a dejarse barba y a seguir estrictamente la práctica religiosa y prohibieron toda forma de ocio, como escuchar música.
En 2001 los talibanes provocaron la indignación internacional al destruir las estatuas de Buda de Bayimán, de 1.500 años de antigüedad.
– ¿Cómo perdieron el poder? –
Los talibanes dieron refugio a Al Qaida, lo que reforzó su estatus de parias. Solo tres países, Pakistán, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, reconocieron este régimen.
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Miles de combatientes abandonaron Kabul hacia las provincias, mientras sus dirigentes se habrían refugiado en Pakistán, en particular en la ciudad de Quetta.
Desde entonces libran una guerrilla incesante contra las fuerzas gubernamentales y extranjeras, multiplicando los atentados devastadores.
– ¿Cuándo empezaron a negociar? –
Con la bendición estadounidense, en 2013 abrieron una oficina política en Doha, Catar, para iniciar negociaciones con sus principales adversarios.
Pero las negociaciones oficiales para una retirada de las fuerzas estadounidenses a cambio de garantías de seguridad para los insurgentes no se iniciaron hasta octubre de 2018.
Donald Trump denunció en septiembre un acuerdo bilateral que estaba a punto de ser validado después de un atentado talibán que mató a un soldado estadounidense.
La firma prevista el sábado solo se hará si la tregua parcial, efectiva desde el 22 de febrero, se respeta hasta entonces.
Dicha firma contempla negociaciones posteriores entre talibanes y gobierno afgano, oposición, sociedad civil, etc.
– ¿Cuáles son sus fuerzas? –
Las estimaciones varían entre 25.000 y 60.000 combatientes. El movimiento ha sufrido enormes pérdidas durante el conflicto, estimadas en varios centenares de miles de muertos.
El movimiento puede contar con una reserva casi inagotable de reclutas afganos y paquistaníes procedentes de escuelas religiosas del gran vecino de Afganistán.
Los talibanes extendieron progresivamente su control y su influencia sobre amplias zonas rurales del país. Controlan o disputan al gobierno cerca de la mitad del territorio afgano.
Pero las ciudades siguen siendo esquivas a su control. En septiembre de 2015, se apoderaron brevemente de Kunduz, la capital de una provincia del Norte, un hecho sin precedentes desde 2001.
Hicieron otros intentos desde entonces, sobre todo en Ghazni y Farah en 2018, y de nuevo en Kunduz en 2019, pero sin éxito. AFP