Casi dos décadas después del 11 de septiembre de 2001, cuando las Torres Gemelas fueron derribadas en los atentados más mortíferos de la historia, la pandemia del coronavirus pone una vez más a prueba el sentimiento de invencibilidad de los neoyorquinos.
En los atentados maurieron casi 3.000 personas, pero los neoyorquinos que han vivido ambas tragedias aseguran que la pandemia, que ha dejado casi 15.000 muertos en la ciudad, es más como «un cáncer lento».
«Se suponía que el 11/9 sería el día más oscuro de Nueva york durante una generación», dijo el gobernador del estado, Andrew Cuomo, en una de sus recientes conferencias de prensa.
Con la llegada del virus, «no hubo explosión, fue una explosión silenciosa que se expandió en la sociedad». «Con el mismo azar, la misma maldad».
Como el gobernador, muchos neoyorquinos comparan el 11/9 a la pandemia que ha provocado estragos en la ciudad de 8,6 millones de habitantes.
Maggie Dubris, una paramédica enviada a las Torres Gemelas el 11/9, creía que ya había vivido «el mayor desastre» de su vida.
Pero la pandemia le asusta aún más.
«Después del World Trade Center, sabías que habías sobrevivido», dijo a la AFP Dubris, que reside en el sur de Manhattan.
«Me encontraba con gente, había una reunión, nos veíamos, nos abrazábamos», dijo.
«Ahora no podemos tocar a nadie, y no sabes quién realmente sobrevivirá a esto, no tenemos idea de qué sucederá aquí».
Susan Barnett, que cubrió los ataques de 2001 como periodista para la cadena ABC, concuerda: «El 11/9 fue un shock, pero encuentro esto más asustador por las consecuencias globales».
«Creo que nos cambiará a todos, de la misma manera que el 11/9 nos cambió a todos», dijo esta mujer que ahora trabaja para una oenegé que ayuda a los hospitales del tercer mundo con escasez de agua.
– «Un cáncer lento» –
Las dos residentes de Manhattan viven en barrios que fueron sepultados por la nube de escombros de las Torres Gemelas y cerrados a residentes durante semanas tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Ambas ven paralelos entre la tragedia que definió esa era y la actual crisis del coronavirus.
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En una rara salida de su casa, Dubris se topó recientemente con uno de los camiones refrigerados utilizados como morgues temporarias por falta de espacio en los hospitales.
«Recordé la morgue instalada en el WTC y tuve el sentimiento de que algo terrible, con muchos muertos, había ocurrido», dijo.
Pero las diferencias entre ambas catástrofes son igual de fuertes.
Ken Paprocki, hoy fotógrafo y hace 20 años azafato, describió el 11 de septiembre «como un rayo fulminante» con hechos que se encadenaron tan rápido que el cerebro no podía procesarlos, mientras la pandemia, en su opinión, se parece más a «un cáncer lento», a «una aplanadora que vemos venir de lejos, pero no podemos evitar».
Originario de Nebraska, le impactó «la total solidaridad» entre neoyorquinos tras los atentados. Esta vez, mucho menos: vio a gente colarse en las filas para entrar al supermercado, y deploró los guantes de plástico tirados en las calles de la ciudad.
– #NuevaYorkfuerte –
Para Barnett, los neoyorquinos, que también atravesaron la crisis financiera de 2008 y el huracán Sandy de 2012, «son buenos en los momentos de crisis».
«Creo que lo que atrae a la gente a Nueva York y lo que les asusta de Nueva York es que tienes que ser fuerte», añadió.
«Hay un cierto tipo de persona que se siente atraído a esta ciudad increíble, vibrante, diversa».
«Quienes estamos aquí para rato estamos comprometidos con ella, somos quienes lucharemos contra las dificultades», señaló.
Este sentimiento de resiliencia se traduce en orgullo, y la etiqueta #NewYorktough (Nueva York fuerte) recorre las redes sociales, alentadas por Cuomo y el alcalde, Bill de Blasio, quienes enfatizan que la ciudad saldrá de la pandemia más fuerte que nunca.
Tras los atentados «Nueva York se llevó una golpiza», pero «creció», dijo Cuomo.
«Tomas ese momento, aprendes esa lección y mejoras la sociedad. Y eso es lo que hay que hacer aquí». AFP