
Los pronósticos cambian cada día. La única certeza es que, a nivel global, 2020 será recordado como un año recesivo para la economía en la mayoría de los países.
La última estimación del Fondo Monetario Internacional (FMI) apunta a una caída de 3% en la economía global para el final del año. El descalabro es equivalente a 30 veces la reducción que se reportó durante la crisis financiera internacional de 2008-2009.
¿Qué es diferente esta vez? En el lado negativo, la crisis sanitaria del coronavirus SARS-Cov-2, que causa la enfermedad Covid-19, es distinta de lo que ha ocurrido en otros episodios de recesión mundial, pues el efecto, esta vez, fue detonándose en distintos momentos a lo largo del mundo.
“La última crisis de 2008 y 2009 se dio en el sector financiero y al mismo tiempo. Hoy tenemos un desfase y apenas empezamos a vislumbrar el alcance que puede tener en México”, dice Alejandro Saldaña, gerente de Análisis Económico en Ve Por Más.
LA IMPORTANCIA DE LA POLÍTICA FISCAL
El pasado 5 de abril, el presidente anunciaría una serie de apoyos para enfrentar la crisis económica. Las distintas cámaras empresariales entregaron propuestas que implicaban abandonar el objetivo de superávit primario de 1%, deducción de inversiones, planes conjuntos de apoyo en caso de despidos en el sector privado, y diferir el pago de impuestos y contribuciones a la seguridad social.
Ante las peticiones, el presidente López Obrador anunció que habría una ampliación de algunos programas clave, como la pensión de adultos mayores, las becas y los apoyos al campo.
Señaló que no se detendrían los proyectos insignia (la refinería Dos Bocas, el aeropuerto de Santa Lucía, el Tren Maya, etc.) y que se bajarían sueldos y aguinaldos de altos funcionarios, y habrá un programa de inversiones en el sector energético por 339,000 millones de pesos (mdp).
La respuesta del gobierno incrementó la percepción de riesgo sobre México. Los especialistas coinciden en que aún es necesario ver una respuesta de las autoridades que permita evitar la quiebra masiva de empresas, preservar el empleo y reducir la percepción de riesgo del país, al tiempo que atienda, en el corto plazo, lo urgente.
“Lo más importante es mitigar la caída económica. La política fiscal está actuando de la misma manera que con los gobiernos neoliberales: en lugar de que la política fiscal apoye a la economía, la está apretando y puede llevar a México a una de las recesiones más profundas”, advierte Coutiño.
This PDE 5 inhibiting drug buy sildenafil cheap treats internal issues and provides harder and longer penile erection. Erectile Dysfunction, also known as soft tadalafil ED, is common with men, which had driven scientists and pharmacists to concoct different restorative solutions for it. These are the drugs especially designed to help males who do not keep or sustain erections while making love to their female partners. purchase viagra in australia The capsules cialis canada cheap can be used safely without any side effects.LOS RIESGOS DE NO CAMBIAR LA POSTURA
El principal desafío, si no se dan facilidades a las empresas, es la liquidez. Alil Álvarez Alcalá, socia fundadora del despacho Álvarez Alcalá y experta en materia fiscal, explica que, cuando las firmas tienen problemas de ingresos, puede ocurrir una crisis prolongada de flujo y solvencia. “Esto se traduce en la quiebra de empresas. Y el empleo se destruye.
En un escenario con esos riesgos, los pasos a seguir son: facilitar el acceso a préstamos y evitar que las empresas tomen decisiones de liquidez”, asegura.
De acuerdo con Luis Pérez de Acha, socio fundador y director del despa-cho Pérez de Acha e Ibarra de Rueda,y también experto en temas fiscales, el gobierno ni siquiera tiene que renunciar a la recaudación.
“El gobierno puede optar por facilidades: programas de diferimiento para que las empresas puedan pagar los impuestos en plazos mayores. Uno de los efectos adversos de que no haya opciones será el resurgimiento de empresas fantasma que otorguen facturas para deducciones. Hoy, la decisión puede ser pagar impuestos o pagar la nómina de los empleados”.
¿QUIÉN LIDERA LA RECUPERACIÓN?
Hoy, una de las preguntas más importantes es qué tan fuerte puede ser la caída en el crecimiento del país. La siguiente pregunta que viene a la mente está relacionada con qué sectores pueden liderar la recuperación.
El FMI prevé una recuperación en forma de V para las economías más desarrolladas y con mayor capacidad de echar a andar estímulos para preservar empleos. En el caso de México, si bien se espera una caída de 6.6% para 2020, en 2021 se podría ver una recuperación de 3%.
Los sectores que pueden recibir los impactos más profundos están relacionados con servicios y entretenimiento, pues, dependiendo de la duración de la contingencia, ése será el nivel de afectación estructural en la operación de este tipo de negocios.
Por otro lado, si bien se espera que la manufactura pueda ser un sector de pronta recuperación, lo cierto es que es una rama económica que tiene una alta dependencia de Estados Unidos, destino de más del 80% de las exportaciones mexicanas.
“Negocios como hoteles, restaurantes y transportes tendrán más dificultades porque, actualmente, están en una situación de parálisis”, advierte Alfredo Coutiño.
Para Carlos Capistrán, de Bank of America, los primeros sectores que podrían repuntar serían los de manufacturas y dependería de las cadenas de producción a nivel global.
“En México, con la depreciación del tipo de cambio, se favorecen las exportaciones a Estados Unidos. También [estimula] el turismo, pero eso dependerá, asimismo, de apoyos locales. Parte de la dificultad que enfrentan los gobiernos es identificar qué sectores necesitan más apoyos; pero, prácticamente, toda la economía se va a ver afectada”.
Mauricio Hurtado Mendoza, socio director de PwC México, explica que las firmas diversificadas, con plataformas de exportación sólidas y con costos mayormente denominados en pesos serán las que tengan mayor posibilidad de vivir una recuperación acelerada.
“Los sectores que tengan una operación vinculada con mano de obra intensiva yque hayan cortado empleos tendrán una recuperación más lenta”, advierte.
Los sectores que se mantendrán activos están más relacionados con el consumo al menudeo, aunque la fortaleza, en ese caso, dependerá de la profundidad con la que la crisis impacte a los hogares.
“El sector consumo sigue en movimiento porque, en un primer momento, los consumidores abarrotaron centros comerciales. Luego puede venir una segunda ola, cuando la pandemia arrecie, pues la gente buscará comida enlatada o embutidos. Sin embargo, existe un efecto de segunda vuelta: ante la pérdida de empleos, hay una reducción en ingresos, y lo importante será que estos sectores dinámicos no vean un impacto muy profundo en esa fase”, añade Coutiño. Forbes México