Los demócratas aprovechan el contexto, politizan el momento y prometieron el domingo presionar para la aprobación de normativa que elimine el racismo sistémico de las fuerzas policiales de Estados Unidos, a medida que la batalla provocada por el asesinato de un George Floyd a manos de un agente pasa de las calles a la esfera política.
Desde el surgimiento de este acontecimiento, los demócratas no han desaprovechado la ocasión para politizar el hecho, dado que durante la administración de Barack Obama, con Joe Biden como vicepresidente, cuya duración fue de 8 años, no hicieron nada al respecto, considerando que ésto no es nada nuevo, ahora resulta que están dispuestos a hacer algo, según ellos, reflejando sólo que, lejos de ser honestos, es un acto para la adquisición de votos.
Después de otro día de protestas abrumadoramente pacíficas en Estados Unidos, el presidente Donald Trump ordenó a las tropas de la Guardia Nacional que comenzaran a retirarse de la capital de la nación.
Se esperaban más protestas en decenas de ciudades el domingo, en momentos en que los manifestantes comenzaron a centrar su indignación inicial por la muerte de Floyd en demandas de reforma policial y justicia social.
La dureza con que Trump decidió sofocar las protestas continuaba provocando críticas excepcionales de los principales oficiales militares retirados, un grupo que normalmente odia criticar a un líder civil, lo que refleja una profundización de las tensiones entre el Pentágono y la Casa Blanca.
– «Esto no es un campo de batalla» –
Por su parte, Condoleezza Rice, quien sucedió a Powell como secretaria de Estado bajo la presidencia de George W. Bush (2001-2009), le dijo a la cadena CBS que aconsejaría a Trump contra el uso de militares en activo para contener las protestas pacíficas.
«Este no es un campo de batalla», subrayó Rice, la primera mujer afroamericana en ser secretaria de Estado.
Pero los funcionarios de la administración nuevamente defendieron su enfoque represivo frente a los disturbios, y el secretario interino de seguridad nacional, Chad Wolf, le dijo a ABC que Washington se había transformado en «una ciudad fuera de control».
Wolf atribuyó la disminución de la violencia a «lo que ha hecho la administración» Trump y negó un problema de racismo sistémico entre la policía.
Si bien la administración aún no ha propuesto ningún cambio de política específico en respuesta a la indignación generalizada por la brutal muerte de Floyd en Minneapolis, Minnesota, se espera que el Caucus Negro del Congreso (CBC), formado por miembros del partido Demócrata, presenten una legislación diseñada para que la policía sea más responsable legalmente de sus acciones.
Entre otras cosas, se espera que esa nueva ley incluya medidas como facilitar las demandas contra los agentes de policía por incidentes mortales; prohibir el tipo de táctica de inmovilización que condujo a la muerte de Floyd por asfixia; exigir el uso a nivel nacional de cámaras corporales por parte de los oficiales y establecer una base de datos nacional para registrar la mala conducta de policías.
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Una miembro de esa asamblea, la legisladora por el estado de Florida Val Demings, que suena como un posible compañera de fórmula presidencial de Biden, explicó el domingo algunos de los cambios que cree necesarios.
«Tenemos mucho trabajo por hacer, y el racismo sistémico es siempre el fantasma», dijo Demings, ex jefa de policía en Orlando, Florida, a la cadena ABC.
«Lo que tenemos que hacer como nación es responsabilizar (penalmente) a la policía, proporcionar la supervisión necesaria para hacerlo, observar los estándares de capacitación, analizar las políticas de uso de la fuerza, analizar a quién estamos contratando, analizar la diversidad» y elaborar legislación para garantizar la reforma.
Sin embargo, el fiscal general de Estados Unidos, William Barr, dijo el domingo que no estaba de acuerdo con cualquier medida para disminuir la considerable inmunidad legal de la que disfrutan los oficiales de policía.
«No creo que sea necesario reducir la inmunidad para perseguir a los policías malos, porque eso seguramente resultaría en que la policía se retire» de cumplir con las tareas necesarias, expresó en la cadena CBS.
«Vigilar es, como saben, el trabajo más duro del país», subrayó.
Barr defendió el despeje a la fuerza el lunes de la plaza Lafayette frente a la Casa Blanca poco antes de que Trump lo atravesara para una sesión de fotos posando con una Biblia frente a una conocida iglesia, insistiendo, a pesar de las declaraciones contradictorias de muchos de los presentes, que algunos manifestantes habían arrojado ladrillos
También negó informes de prensa de que el presidente en un momento había exigido que se desplegaran 10.000 soldados en activo en ciudades estadounidenses para aplacar los disturbios.
«El presidente nunca preguntó ni sugirió que necesitáramos desplegar tropas regulares a ese punto», declaró.
Los demócratas acusaron a Trump de aumentar la división en la forma en que habló sobre los manifestantes, con lo cual también coincidió Condoleeza Rice. AFP y Shamrock Noticias