
PEKÍN — Washington intensificó sus defensas en tecnología mediante una orden que prohíbe a los estadounidenses invertir en empresas que son propiedad o están controladas por el ejército de China.
El impacto de la orden emitida por el presidente Donald Trump aumenta la presión sobre firmas como el gigante de equipos de telecomunicaciones Huawei y el proveedor de videovigilancia Hikvision, que ya enfrentan vetos a las exportaciones y otras sanciones de Estados Unidos por estar bajo dominio del régimen comunista de China.
Los analistas políticos esperan pocos cambios en la política en el 2021 hacia el gigante asiático debido a la frustración generalizada con el historial comercial y de derechos humanos del régimen de China y las acusaciones de espionaje y robo de tecnología.
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La orden afirma que las empresas señaladas tenían como objetivo “respaldar directamente” al aparato militar, de inteligencia y seguridad chino, añadiendo que Beijing “explota a los inversionistas de Estados Unidos» para financiar su desarrollo militar mediante la venta de valores en mercados financieros estadounidenses y extranjeros.