Dos altos funcionarios y Carlos Slim, uno de los empresarios más ricos del mundo, son señalados en las investigaciones del accidente
La línea dorada del Metro de Ciudad de México perdió el esplendor. El desplome de dos de sus vagones naranja y verde que dejó 26 muertos y más de 70 heridos delata un patrón de oportunismo político. Una muestra de obras descuidadas durante la construcción de la vía ferroviaria que hoy enluta al país.
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Bajo las vías, la línea que transportaba a más de un cuarto de millón de usuarios por toda la capital diariamente se sostenía con junturas como pernos, pero las fotografías de los escombros indican que “los pernos se degollaron, separándose del resto del acero, y crearon una estructura inestable incapaz de soportar el tren”. Y así fue, así pasó.