Hasta el momento y luego de las sanciones occidentales impuestas a Rusia, se reportan grandes y fatales consecuencias a las economías de los países impulsores de «castigos a Putin» y al mundo entero.
El petróleo es sin duda, una preocupación clave porque Rusia es uno de los mayores productores de hidrocarburos del mundo.
El último repunte de los precios aumentó la presión sobre una inflación persistentemente alta que amenaza a las familias de todo el mundo.
El crudo estadounidense de referencia subió 8% a 103,41 dólares el barril, pero llegó a subir a casi $107 el barril. Es el incremento en un solo día más grande desde mayo de 2020 y el precio más alto desde 2014. La mezcla Brent, de referencia internacional, aumentó 7,1% a 104,97 dólares.
La crisis en Ucrania provocó una reunión extraordinaria de la junta de la Agencia Internacional de Energía, que resultó en que los 31 países miembros acordaron liberar 60 millones de barriles de crudo de sus reservas estratégicas.
Los inversionistas siguieron colocando más dinero en los bonos, empujando los rendimientos a la baja. El rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años cayó fuertemente, disminuyendo a 1,73%, respecto al 1,83% del lunes. Regresó al nivel en el que estaba en enero.