
Como parte del «nacimiento» del rechazo a la monarquía británica, «Al diablo con el imperialismo, abolir la monarquía», rezaba una cartulina en Edimburgo, según precisa la prensa local.
Así ocurrió el pasado sábado en Edimburgo, cuando se celebraba el acto oficial de proclamación de la subida al trono de Carlos III.
Según los líderes de opinión, podría tratarse de un rechazo a la propia monarquía, sin perjuicio de Carlos III. Sin embargo, cuando se proclamó la tradicional frase: «Dios salve al rey», una multitud abucheó al nuevo monarca en señal de su rechazo.
Los informes indican que son varias partes del Reino Unido donde ha habido protestas condenando el pasado imperialista de Gran Bretaña y llamando a hacer del país una república. Ya no quieren apoyar a la familia real. Determinación que podría crecer ante condiciones de debilidad en las economías familiares.