Con la misma bandera «anticorrupción» que caracteriza a los gobernantes latinoamericanos de izquierda, gana la Presidencia de Guatemala Bernardo Arévalo.
Con el 58 por ciento de los votos a favor, se convierte Arévalo en el Presidente elegido del país centroamericano. Aunque para la otra parte del pueblo significa que el país se hunda en el desesperado socialismo que acaba con los países que gobierna.
Según la información, algunos conservadores han decidido darle el beneficio de la duda al Presidente elegido, aún considerando que podría ser una réplica de los gobiernos y no solamente de Nicaragua, Venezuela y Cuba, sino de Brasil, México y Argentina.