Cuando el expresidente Donald Trump anunció su intención de retirarse de la Organización Mundial de la Salud en mayo de 2020, se encontró con una feroz reacción de los medios de comunicación y sus oponentes políticos.
El presidente de la Asociación Médica Estadounidense, Patrice Harris, calificó la acción de Trump de “sin sentido” y con “repercusiones significativas y dañinas”. El senador Joe Manchin (D-WV) describió las intenciones de Trump como “nada menos que imprudentes”.
Pero después de tres años y medio de COVID, ahora ha quedado claro que la previsión de Donald Trump en ese momento fue nada menos que impecable porque la Organización Mundial de la Salud se ha convertido en una fuerza inflexible de tiranía médica.
De hecho, “La OMS merece ser completamente abolida y reemplazada”, declaró Trump en una declaración en video el martes.
La Organización Mundial de la Salud se ha convertido en nada más que una estafa globalista corrupta pagada por Estados Unidos pero propiedad de China y controlada por ella. Cuando el virus chino llegó a nuestras costas hace tres años, la Organización Mundial de la Salud ocultó vergonzosamente las huellas del Partido Comunista Chino, en cada paso del camino. Por esta razón, fue para mí un gran honor poner fin a la relación de Estados Unidos con la Organización Mundial de la Salud.
Estados Unidos pagaba a la Organización Mundial de la Salud casi 500 millones de dólares al año. Cuando lo dejé, lo saqué de ahí. Y para 330 millones de personas, a pesar de que China pagaba sólo 40 millones de dólares por 1.400 millones de personas. Entonces teníamos 330 millones; ellos tienen 1.400 millones y nosotros estamos pagando más de diez veces esa cantidad.