Con gran sorpresa han recibido los mexicanos la determinación de un Juez de otorgar prisión domiciliaria a Emilio Lozoya, ex director de PEMEX, vinculado a una larga lista de corrupción a partir de contratos millonarios realizados con Odebrech.
Tras ser procesado luego de que la Auditoría Superior de México, denunciara, en 2017, contratos de PEMEX con Odebrech, Lozoya fue acusado porque a partir de esto, se comprobó que pidió
5 millones de dólares. Luego se supo de transferencias de otros 4 millones de dólares a empresas fantasma en el estado de Veracruz.
También se hicieron públicos depósitos para la campaña de 2012, vinculado a la llamada Estafa Maestra ya durante el actual gobierno, para luego darse a la fuga.
Una vez extraditado a México, se le otorgó prisión domiciliaria originando especulaciones sobre un trato preferente por su cercanía con el presidente AMLO. Luego, cuando se suponía que estaba «tras las rejas de su domicilio», se hicieron públicas unas fotografías en las que se le vio departiendo en un restaurante de la Ciudad de México. Lo que probó a ojos de los mexicanos, que su vida transcurría con total normalidad y no, con restricciones a su libertad.
Hoy un juez le otorga prisión domiciliaria nuevamente y para los estudiosos del Derecho, esto es interpretado como un acto más de impunidad en el país latinoamericano. /www.tictacnews.us