No importa si son lluvias, huracanes o ciclones, pero es la propia naturaleza la que se está haciendo cargo resolver la cacaraqueada sequía, esa que los gobiernos tanto mencionan.
En Michoacán, en donde se difundió hasta el cansancio la noticia (verídica, por cierto), de las presas vacías e insuficiencia para seguir administrando el líquido vital a los hogares, se vive un proceso de recuperación más que aceptable, según expertos.
De acuerdo también a conocedores del tema, en todos esos lugares en donde se prometió que con un paseo en avión por las nubes, se despertaría la lluvia, les engañaron. La historia apunta a intentos humanos por detener o alentar las precipitaciones pluviales, pero al final, es la naturaleza misma, la que da la última y más acertada palabra. /srnewintl