El despertar de los mexicanos el día de hoy está cargado de la reaparición de la conciencia nacional de muchos y el adormecimiento de la dignidad de unos pocos, de los que gobiernan y no quieren dejar de hacerlo.
El panorama que se presenta a los mexicanos con el control del gobierno 4T a organismos electorales que deberían dirigirse con autonomía y con una reforma judicial que daría fin a la República, no se perfila un «final» feliz para los mexicanos.
Con la sospecha popular de un fraude electoral a favor de los candidatos de la 4T, ahora alimentada por revisiones ciudadanas que constatan el presunto triunfo de la oposición, triunfo que no fue ni débilmente defendido, fortalece el rechazo de los cambios que apresuradamente insiste en realizar el presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador, quien hoy debería reconocerse el gran derrotado en la legitimidad, aunque en la legalidad, como el caso de la presidente entrante, Claudia Sheinbaum, los órganos electorales al servicio de la 4T, se le haya regalado.
La desgracia para los mexicanos se huele en las calles, donde la población no se explica: Cómo la 4T se queda con el poder del pueblo, sin que se la haya entregado?, Hasta dónde piensa parar un gobierno reprobado en las urnas? y hasta dónde podrá llegar le presidencia entrante, desdeñada en las urnas?.
México, para ojos observantes de la sociedad lo tienen muy claro: no contaron con un líder al menos parecido a la venezolana María Corina Machado y sí están presentes los cobardes dirigentes de partidos de presunta oposición, que no metieron la cara para defender el voto ciudadano y ahora, no abren la boca para defender la República que está a punto de morir. /www.tictacnews.us /E. ESGLOTAC