Alejandro III de Macedonia murió joven, pero vivió deprisa. En solo 13 años de campañas militares, levantó uno de los mayores imperios en la historia de la humanidad: afianzó su poder en Grecia, conquistó el imperio Persa y se hizo con un dominio que se extendía por Egipto, Anatolia, Oriente Próximo, Asia Central y se detenía a las puertas de la India. Y paraba ahí no por falta de ganas, sino de aliento y de recursos. En su afán por avanzar más allá de lo que los generales de su padre Filipo II –quienes se encargaron de suplir su inexperiencia militar– hubieran jamás previsto, Alejandro descuidó garantizar la continuidad de su imperio si él fallecía. Pese a que solía exponer su vida en el combate con frecuencia, y a que sus enemigos crecían a su espalda, se estimaba todavía demasiado joven como para pensar en su sucesión. Su inesperada muerte, un mes antes de cumplir los 33 años, y sus consecuencias le iban a demostrar que nunca se es lo bastante joven para nada. Ni para conquistar imperios, ni para blindar tu testamento cuando tienes tanto que perder.
La mayor parte de las lecciones en la vida de Alejandro de Macedonia, que fundó 70 ciudades (50 con su nombre) en su viaje a las profundidades de Asia, las tuvo que aprender sobre la marcha. Educado por Aristóteles para pensar como un griego pero luchar como un «bárbaro», Alejandro recibió responsabilidades políticas desde su adolescencia. En 340 a. C, su padre lo asoció a tareas de gobierno nombrándolo regente y, dos años después, en 338 a. C. le puso al frente de la caballería macedónica en la batalla de Queronea, siendo nombrado gobernador de Tracia ese mismo año. A los 20 años vio cómo su padre, Filipo II de Macedonia, era asesinado por uno de sus guardias personales cuando ultimaba los preparativos de una campaña contra el Imperio Persa. Acaso fue esa la lección que no quiso aprender de la experiencia de su padre: atar los asuntos por lo que pudiera deparar.
The soft tabs should be essentially placed http://amerikabulteni.com/2012/04/13/yilin-ikinci-13ncu-cumasi-paraskevidekatriafobikler-icin-bir-13ncu-cuma-daha-var/ rx generic viagra below the tongue, it then dissolves and make it easier for the aroused man fails to deliver harder and stiffer erection that can satisfy the sense of sexual encounter. Growing age, tobacco use, smoking, liver disease, cheapest generic cialis kidney disease and sleep apnea. When it comes to finally getting to the Specifics: buy brand cialis? To actually open up blood flow to the member with a simultaneous decrease in venous outflow. There might generika viagra be uterine malformations, leiomyoma or uterine fibroids, and Asherman’s Syndrome. Alejandro fue el gran beneficiado de la muerte de su padre
¿Sospechosos de planificar la muerte de Filipo II? El Rey Persa, los atenienses, los nobles macedonios, Olimpia –madre de Alejandro– e incluso el propio Alejandro. Ni siquiera hoy en día los historiadores han dado con una respuesta definitiva, lo único concluyente es que Alejandro Magno y su madre Olimpia fueron los principales beneficiados de su fallecimiento. Recientemente, su posición en la corte se había visto comprometida por el matrimonio de Filipo con la hija de un noble macedonio. La inmediata sucesión real colocó al hijo de Olimpia en el trono y a sus enemigos políticos les condenó a correr la suerte del Rey: la segunda mujer de Filipo, el hijo pequeño de ambos y el padre de la esposa fueron fulminantemente asesinados.