Entidades de la República con una enquistada inseguridad producto del narcotráfico y del crimen organizado, como Michoacán, Guerrero, Tamaulipas y Sinaloa, registraron un avance económico inusitado, de hasta 8 por ciento anual en los primeros nueve meses de 2014, así como importantes inauguraciones de unidades económicas en ese periodo; sin embargo, acabaron por generar más pobreza y escaso empleo formal.
La tasa de crecimiento de la actividad económica y la apertura de establecimientos el año pasado en estas entidades, caracterizadas por elevados niveles de delitos de alto impacto, como homicidios, secuestro, extorsiones y robos con violencia, duplica y hasta triplica el promedio nacional, de acuerdo con cifras disponibles del INEGI. Datos de los censos económicos 2014 del INEGI muestran que Michoacán ocupó la séptima posición en el número de establecimientos abiertos con casi 270 mil unidades, situándose en la categoría de entidades con más de 221 mil 794 unidades económicas a 2013.
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Por su parte, Viridiana Ríos, directora del observatorio México ¿Cómo vamos?, explicó que sin estado de derecho, la inversión sigue fluyendo, pero la calidad de ésta es baja. “La teoría económica señala que este tipo de inversión es típicamente extractiva, es decir, que no traslada los beneficios a la gente en las zonas donde se sitúa”, dijo.
