CIUDAD DE MÉXICO .- El caso de los hermanos Jaume y Joan Font es la clara ejemplificación de la frase «ladrón que roba a ladrón tiene 100 años de perdón» o aquella otra que reza «la realidad supera a la ficción». Y es que la historia de los oriundos de Gerona, España, es digna de un cuento.
Fue en 2003 cuando los Font adquirieron el lienzo «Retrato de Antonio María Esquivel», atribuido a Francisco de Goya, de un fotógrafo que lo adquirió en una subasta e, incluso, les entregó un certificado de autenticidad. Pese a esto, decidieron someter la obra a una nueva prueba, por lo que acordaron pagar un anticipo de 20 mil euros y pagar el resto (250 mil euros) una vez que la obra fuera confirmada como auténtica.
En el lienzo se puede ver al pintor español, Antonio María Esquivel, ataviado con la medalla de la Orden de Isabel la Católica. Fue aquí donde todo comenzó a tornarse truculento. Las pesquisas revelaron que el cuadro no fue pintado por el pintor zaragozano, pues Esquivel recibió la condecoración 11 años después de la muerte de Francisco de Goya.
Ante tal noticia, los Font decidieron deshacerse de la obra utilizando el apócrifo certificado de autenticidad. ¿Quién sería la víctima? Un supuesto jeque árabe dispuesto a desembolsar una fuerte cantidad de dinero sin necesidad de tantos filtros.
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A través de un intermediario del nunca presente jeque, cerraron un trato altamente redituable: cuatro millones de euros por la obra. El inicio de la transacción se realizó en Turín, Italia, donde recibieron un adelanto de 1.1 millones de euros, pero debían pagar los honorarios del intermediario del magnate árabe, que constó de 300 mil euros, que adquirieron a préstamo de un amigo empresario; a cambio le pagarían 380 mil euros.
El intercambio se hizo. Los Font salieron de Italia con las maletas llenas de billetes. La decepción para los hermanos se dio cuando trataron de depositar el dinero en un banco de Ginebra, ya que les informaron que con lo que trataban de abrir una cuenta era no más que un montón de fotocopias del dinero.
Jaume y Joan Font fueron detenidos en España, les fue confiscada la obra y se les acusó de fraude. De los 300 mil euros y del intermediario no se sabe nada.