SAN ANTONIO (AP) — El fallo de un juez federal el mes pasado que bloqueó la orden del presidente Barack Obama sobre inmigración dejó al descubierto una práctica común en los tribunales federales: la búsqueda de una corte que les resulte favorable.
Es un juego de azar en el cual los abogados deciden presentar su demanda donde tienen las mejores probabilidades de un fallo favorable. Los especialistas en Derecho dicen que la búsqueda de la mejor sede judicial es muy común en casos políticamente delicados como forma de llegar al objetivo de una audiencia ante la Corte Suprema.
«Todos lo hacen en la medida que pueden», dijo Stephen Yale-Loehr, profesor de inmigración en la Facultad de Derecho de Cornell en Ithaca, Nueva York.
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Cuando los abogados de Texas escogieron el tribunal federal de Brownsville para demandar la medida del gobierno sobre inmigración, sabían que tenían un 50% de probabilidades de que recayera en el juez Andrew Hanen, designado por George W. Bush, quien se había pronunciado en contra de las políticas de inmigración de Obama.
Hanen, quien recibió el caso a través de un sistema automatizado, es uno de dos jueces en esa división del distrito sur de Texas, por lo que entiende en la mitad de los casos civiles. La otra mitad va a la jueza Hilda Tagle, designada por el presidente demócrata Bill Clinton. No todos los tribunales federales tienen solo dos jueces.
«Sabían que el fallo iría a su favor si conseguían al juez Hanen», dijo Kica Matos, vocera del Movimiento por la Reforma Inmigratoria Justa. «Este juez se ha esforzado siempre por expresar sus sentimientos antiinmigrantes».