Miles de manifestantes kenianos marcharon por el centro de la capital, Nairobi, para honrar a las 148 personas que murieron durante el ataque contra la Universidad de Garissa y pedir mayor seguridad y una indemnización para las familias de las víctimas.
La multitud marchó por las principales calles de Nairobi para protestar contra el Gobierno por su incapacidad de garantizar la seguridad, tras la matanza perpetrada por la milicia islamista somalí Al Shabab en la Universidad de Garissa, el jueves pasado.
«La gente en Garissa (en el noreste de Kenia) había solicitado más seguridad porque vivía en una parte inestable del país, donde Al Shabab había lanzado varios ataques en el último año», dijo uno de los manifestantes, citado por la cadena qatarí Al Jazeera.
Después de marchar por la ciudad, los manifestantes, la mayoría estudiantes, realizaron una vigilia en la Universidad de Garissa para recordar a las víctimas del ataque -142 alumnos, tres policías y tres soldados-.
La prensa keniana ha acusado a las autoridades de haber ignorado todas las advertencias y ha criticado el tiempo que tardaron las unidades de intervención en llegar a Garissa el día del ataque.
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El Presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, ha prometido llevar ante la justicia a los atacantes de la universidad.
Hasta ahora cinco personas han sido detenidas e implicadas en el ataque, dos en la universidad y otras tres que presuntamente coordinaron la matanza y pretendían huir a Somalia.
Las fuerzas de seguridad continúan la búsqueda del cerebro del ataque, identificado como Mohamed Kuno, líder del grupo Al Shabab en la región somalí de Juba.
Kenia ha ofrecido una recompensa de 20 millones de chelines (unos 215 mil dólares) por cualquier información que conduzca a la captura de kuno, un antiguo profesor de una escuela coránica de Garissa, que hace años se integró en las filas de los islamistas somalíes.