Ya no es cuestión de si se sufrirá un ataque informático, sino de cuándo. Además, el alcance de los ataques está cambiando. Grupos que antes se centraban en el robo de información ahora están más interesados en la destrucción y sabotaje de infraestructuras clave de gobiernos y grandes instituciones privadas. Esta es la situación que ha encontrado un informe encargado por la Organización de Estados Americanos (OEA) y hecho público este martes que se centra en la preparación del continente ante el cada vez mayor riesgo informático.
El informe toma como base una encuesta a la que han contestado 575 organismos públicos y privados de América, del ámbito de las comunicaciones, banca, manufacturas, energía y seguridad. De manera anónima y sin aportar detalles que comprometan su seguridad, los participantes han revelado que un 60% de ellos han sufrido intentos de robar sus datos, principalmente a través del conocido como phising (engaño para que la víctima permita el acceso de software maligno a su equipo, como los falsos emails de bancos o de correos). Este es el ataque más habitual. Pero el estudio revela que están en ascenso otras variedades más inquietantes: el 40% de los encuestados afirma que se ha encontrado intentos de inutilizar sus ordenadores; el 44% ha visto intentos de borrado de archivos y el 54% ataques para manipular sus sistemas.
El público general conoció este inquietante tipo de ciberterrorismo el pasado octubre, cuando un grupo de hackers atacó de una manera desconocida al gigante de la industria del entretenimiento Sony Pictures. A finales de septiembre, los emails de la compañía y varios sistemas críticos dejaron de funcionar. Cuando Sony se estaba recuperando del ataque, decenas de miles de archivos robados fueron difundidos en Internet como represalia por el estreno de la película ‘La entrevista’, una sátira sobre el dictador de Corea del Norte, Kim Jong-un. La información más sensible de la compañía quedó al descubierto para bochorno de sus directivos y empleados (la jefa creativa de los estudios acabó dimitiendo por el contenido de algunos emails privados) y terror de todas las grandes empresas. El propio presidente Barack Obama acusó en televisión a Pyongyang de estar detrás del ataque.
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“Según se vayan agravando los ataques en frecuencia y sofisticación y se centren no solo en el sabotaje de infraestructura crítico sino que comprometan información clave que pueda ser utilizada en el futuro, las víctimas pueden encontrarse pronto con que no tienen al apoyo necesario para defenderse de las amenazas”, asegura al empresa Trend Micro, autora del informe para la OEA.
El 53% de los encuestados ha visto aumentar el número de intentos de ataques informáticos, mientras un 40% responde que se mantiene estable. Un 76% está de acuerdo en que esos ataques se están haciendo más sofisticados. El estudio también pregunta específicamente por ataques que han intentado destruir información. Casi la mitad de los gobiernos y organismos de energía consultados afirman que han sufrido este tipo de ataques. Los dos sectores siguientes más afectados son comunicaciones y banca. En cuanto a preparación, un 69% responde que sus empleados están concienciados sobre los riesgos, pero solo un 54% tiene planes de recuperación ante desastres, un 52% tiene planes de respuesta a ataques.