Al menos 90 mil personas huyeron en los últimos días de la occidental gobernación iraquí de Al-Anbar, donde continúan los combates entre fuerzas progubernamentales y el Estado Islámico (EI), informó hoy Naciones Unidas.
En una nota de prensa, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) señaló que acelera sus acciones para asistir a los desplazados del territorio bajo control de los takfiristas (extremistas sunnitas), acusados de asesinatos, esclavitud sexual y reclutamiento de niños soldados, entre otros crímenes.
Según la representante local de la Oficina, Lise Grande, las principales necesidades son de comida, agua y refugio seguro.
Gran cantidad de civiles, muchos de ellos caminando, abandonan sus hogares en ciudades y poblados como Ramadi, Albu Farraj, Albu Aetha y Albu Thiyab, con destino a la capital y otras gobernaciones.
Despierta tristeza ver a tanta gente llevando lo que pueden para encontrar seguridad, dijo Grande.
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De acuerdo con la ONU, desde enero de 2014, dos millones 700 mil personas han dejado sus casas por la violencia en Iraq, 400 mil de ellas en Al-Anbar.
La organización considera la crisis humanitaria en el país del Oriente Medio una de las peores del planeta.
Miles de seres humanos reciben alimentos, artículos de higiene y otros recursos de agencias de Naciones Unidas, que reclaman mayores fondos para ayudar a los desplazados.
«Hacemos lo que podemos, pero las operaciones humanitarias en territorio iraquí están sin el financiamiento requerido, lo cual de mantenerse pudiera llevar al cierre del 60 por ciento de los programas de asistencia», advirtió Grande.
