La Asociación Americana de Psicología (APA) colaboró con el presidente George W. Bush (2001-2009) para justificar las torturas de prisioneros acusados de terrorismo tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, asegura un estudio publicado hoy.
El reporte, dado a conocer por un grupo de profesionales de la salud y activistas de derechos humanos, es el primero que analiza el papel de la APA en dichos interrogatorios, realizados por la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
Correos electrónicos y otros documentos que salen a la luz por primera vez, revelan las acciones de dicha organización para mantener a los psicólogos involucrados en esas técnicas de interrogatorios,
Los profesionales de esa especialidad colaboraron con los esfuerzos de altos funcionarios de la administración Bush por justificar este programa después de que este se conociera públicamente en 2004 cuando se publicaron fotos de los abusos cometidos por soldados en la cárcel iraquí de Abu Ghraib.
El 4 de junio de 2004, el director de la CIA, George J. Tenet, firmó una orden secreta que suspendía las llamadas «técnicas de interrogación mejoradas», y pedía una revisión de la política en este asunto.
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Según el diario The New York Times, que publica esta denuncia en su edición de hoy, la participación de estos psicólogos permitió al Departamento de Justicia argumentar en documentos secretos que esas acciones eran legales y no constituían actos de tortura debido a que estaban monitoreados por profesionales de la salud.
Rhea Farberman, vocera de la APA negó al Times que esa agrupación coordinara las acciones con el Gobierno de Bush, sin embargo, un alto funcionario del Pentágono explicó públicamente en 2006 que en ese entonces la Casa Blanca contó con un fuerte apoyo de los psicólogos para monitorear los interrogatorios.
El Comité de Inteligencia del Senado emitió en 2014 un reporte amplio sobre el uso de técnicas crueles como el ahogamiento simulado, la alimentación vía rectal y otros métodos contra individuos sospechosos de ser terroristas.
Sin embargo, hasta la fecha ninguno de los principales responsables de esas torturas fue sancionado ni se le inició procesamiento legal alguno.
