Pemex tiene cada vez menos herramientas para apaciguar a sus trabajadores sindicalizados, quienes aseguran que están listos para tomar las calles si les llegan a modificar sus contratos.
Hasta el momento, la petrolera había contado con el dinero suficiente para pagar las altas prestaciones del contrato colectivo que tiene celebrado con el Sindicato de Trabajadores de la República Mexicana.
Sin embargo, ahora la empresa productiva del Estado se enfrenta a menores ingresos debido a que el precio del barril de petróleo ha caído alrededor de un 50 por ciento desde mediados del año pasado.
Además, la producción de crudo lleva varios años con tendencia a la baja, lo que también significa menos dinero para su operación.
Sin recursos para sostener los más de 1.49 billones de pesos de pasivos laborales, Pemex busca de manera desesperada reducir su planta laboral.
El problema es que despedir a un trabajador sindicalizado no sólo representa un gran costo en indemnizaciones, sino que también es una medida que podría movilizar a los más de 110 mil obreros que forman parte del mismo contrato colectivo.
Como solución, funcionarios de Pemex anunciaron que esperarían a que este año se jubilaran de manera natural entre 2 mil y 3 mil empleados para después cancelar sus plantas y reducir un poco su fuerza laboral.
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De tal modo, trabajadores anunciaron la semana pasada que saldrían a las calles a protestar en contra de la cancelación de las plazas.
Juan Carlos Chávez, líder de la Alianza Nacional Democrática de Trabajadores Petroleros, grupo opositor al sindicato de Pemex, declaró que están listos para realizar movilizaciones en contra de cualquier violación a sus derechos.
Actualmente se están revisando las condiciones del contrato colectivo de trabajo de Pemex que tiene vigencia hasta agosto de 2015. Se espera que durante este mes la empresa dé a conocer los nuevos esquemas de contratación y la cancelación de plazas de los trabajadores que están por jubilarse.
Lo anterior podría provocar una lucha de poder entre el sindicato que lidera el senador por parte del PRI Carlos Romero Deschamps, la alianza opositora, funcionarios de Pemex y cualquier otro actor con algún interés político de por medio.
La empresa petrolera se ha quedado sin opciones para enfrentar el problema. Tan sólo ayer, su consejo de administración anunció un recorte 234 mil 984 millones de pesos, casi cuatro veces más del recorte que le había recetado anteriormente la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Pemex es la compañía de su tipo con más trabajadores en todo el mundo. Sin dinero para mantener su pasivo laboral y ninguna otra área para recortar gastos, parece inminente un conflicto que podría tener repercusiones en todo el país.