Estudiantes chilenos protagonizaron incidentes en la noche de este jueves, al cierre de una de las multitudinarias manifestaciones en repudio a la represión policialy para presionar por una reforma educativa considerada «insuficiente».
Los choques estallaron al final de una manifestación en el centro de Santiago y se concentraron en el frontis de la casa de Gobierno, donde manifestantes encapuchados encendieron barricadas, intentaron saquear algunos comercios y lanzaron piedras y palos a los agentes policiales, constató.
En el vecino puerto de Valparaíso se registraron choques similares.
Al caer la noche en Santiago, unos 100 mil estudiantes según los organizadores marcharon por la céntrica avenida Alameda, en solidaridad con Rodrigo Avilés, un estudiante de la Universidad Católica que lucha por su vida desde hace una semana tras resultar gravemente herido después de recibir el chorro del carro lanza aguas de la policía, en Valparaíso.
El policía que operaba el carro fue dado de baja la tarde de este jueves, después que se difundieran imágenes que mostraban la agresión, contradiciendo la versión inicial de la Policía, que había negado su participación en los hechos.
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Con velas, bailes y cánticos los miles de estudiantes reunidos en Santiago solidarizaron con el estudiante herido y repudiaron lo que califican como una fuerte represión policial en las protestas que exigen educación pública, gratuita y de calidad.
«Nunca nos van a callar, menos con violencia, queremos educación gratuita para todos», dijo a la AFP, María Eugenia, una estudiante de la Universidad de Chile.
Los estudiantes consideran insuficiente una reforma educacional impulsada por el gobierno de Michelle Bachelet, que hasta ahora había logrado la aprobación en el Congreso del fin a la selección de estudiantes y la obtención de lucro en las escuelas públicas.
A partir de 2016, Bachelet prometió la gratuidad total para unos 260 mil estudiantes de educación superior, equivalente al 60% de los más pobres.