El parlamento tunecino adoptó la noche del viernes al sábado una nueva ley «antiterrorista» para responder al auge de los ataques yihadistas, texto sin embargo muy criticado por la sociedad civil, que teme por sus libertades.
Tras tres días de debates y largas horas de negociaciones el viernes a puerta cerrada, los diputados adoptaron la ley sobre «la lucha contra el terrorismo y el blanqueo de dinero» por 174 votos a favor y 10 abstenciones.
Los diputados entonaron luego el himno nacional en el hemiciclo y el presidente de la Asamblea, Mohamed Ennaceur, saludó «con orgullo» un momento «histórico» y una ley que «tranquilizará al ciudadano».
El debate se produjo en un contexto de amenaza creciente tras los atentados de junio en Sousse, con 38 turistas muertos, y de marzo en el museo capitalino del Bardo(22 muertos), reivindicados por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
El nuevo texto reemplaza una ley antiterrorista de 2003 adoptada bajo la dictadura de Zine El Abidine Ben Ali y ampliamente utilizada, según los defensores de los derechos humanos, para reprimir a la oposición, sobre todo a la formación islamista Ennahda, ilegal entonces y una de las principales fuerzas políticas tunecinas ahora.
‘Reformas retrógradas’
Las oenegés, que esperaban que la nueva legislación sería más respetuosa con el Estado de derecho, expresaron su decepción y formularon fuertes críticas.
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Las oenegés también denuncian el plazo de 15 días de detención por la policía sin abogado o el recurso simplificado a las interferencias telefónicas.
«Esta ley representa un peligro real para los derechos y libertades en Túnez; numerosas distorsiones de las normas internacionales de los derechos humanos están incorporadas a este texto y representan un retroceso en relación con la ley de 2003», lamentó Amna Guellali, representante de Human Rights Watch en Túnez.
«Este proyecto de ley es una mala señal que damos al mundo libre que nos está mirando. El terrorismo no se combate con reformas retrógradas», aseveró el abogado penalista Ghazi Mrabet.
La oposición de izquierda consideró que el texto, y su definición demasiado vaga del «terrorismo», podría permitir incluir movimientos de protesta ajenos a movimientos llamados terroristas.
El jefe del Estado, Beji Caid Esebsi, pidió la mañana del viernes que Túnez permanezca unida frente a la amenaza yihadista.
En la emisora Mosaique FM, la víspera de la fiesta de la República, recalcó de nuevo que el país «está en guerra contra el terrorismo».
«El país debe salir de esta crisis, todo el mundo se tiene que unir», dijo.