El retorno de una milicia armada que patrulla las calles de Ferguson suscitó críticas el martes tanto de manifestantes como del jefe de policía del condado mientras se repiten las manifestaciones para conmemorar el aniversario de la muerte del joven Michael Brown.
El jefe policial de St. Louis, Jon Belmar, dijo que la presencia nocturna de los Oath Keepers, que usan chalecos camuflados a prueba de balas y portan ostensiblemente fusiles y pistolas en la avenida West Florissant, escenario de marchas y protestas durante los últimos días, era «tanto innecesaria como provocativa».
Belmar se propone preguntar al fiscal del condado, Bob McCulloch, sobre la legalidad de patrullas armadas por parte del grupo activista ultraderechista antigubernamental, integrado por militares y ex militares y policías. Pero la ley de Missouri permite que todo el que tenga autorización para portar armas la pueda exhibir en todo el estado.
John Karriman, un representante del grupo que ha enseñado en la academia policial de la Universidad estatal del Sur de Missouri y se postuló infructuosamente como candidato del Partido Libertario para jefe policial de condado en el sudoeste del estado, no respondió inmediatamente un llamado en el que se le pidió una declaración al respecto. El coordinador de miembros del grupo remitió la pregunta al fundador Stewart Rhodes, que estudió derecho constitucional en la Universidad de Yale.
Por otra parte, la policía arrestó a alrededor de dos decenas de personas en Ferguson durante una protesta que se prolongó hasta el martes por la madrugada en conmemoración del aniversario de la muerte del joven negro Michael Brown a manos de un policía blanco, aunque no se repitieron los hechos de violencia que empañaron las manifestaciones durante el fin de semana.
No hubo disparos, hurtos, saqueos ni daños materiales durante la manifestación en la avenida West Florissant, dijo el vocero policial Shawn McGuire. Esa arteria del suburbio de St. Louis ha sido escenario de meses de protestas masivas, a veces violentas. Pero el lunes por la noche no hizo falta apelar a gases lacrimógenos y no se reportaron heridos ni policías ni civiles, dijo McGuire en una declaración. A eso de la 1 de la mañana los grupos se dispersaron.
McGuire dijo que se efectuaron 23 arrestos, aunque la policía todavía no había contabilizado la cifra total.
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La concentración se produjo unas 24 horas después que una manifestación en la avenida West Florissant se vio interrumpida por disparos y una balacera policial que dejó a un joven de 18 años herido de gravedad, lo que volvió a agravar las tensiones en el suburbio de St. Louis.
El director ejecutivo del condado de St. Louis, Steve Stenger, proclamó el estado de emergencia, una situación que autoriza al jefe de policía del condado, Jon Belmar, a tomar el control del manejo de emergencias de la policía en el interior y los alrededores de Ferguson.
Más de una docena de personas fueron arrestadas.
Hershel Myers Jr., un residente de Ferguson de 46 años, criticó la respuesta policial por considerarla agresiva e innecesaria.
En la protesta del día anterior, las tensiones aumentaron cuando varios cientos de personas se concentraron en la calle, ignorando las repetidas advertencias para subirse a la vereda bajo la amenaza de que podrían ser detenidos. Entonces, se escucharon varios disparos desde una zona próxima con tiendas, entre ellas algunas que habían sido saqueadas momentos antes. Los tiros hicieron que manifestant4es y periodistas corriesen al lugar.
Belmar dijo que cree que había seis tiradores, incluyendo el joven de 18 años Tyrone Harris Jr., quien según el jefe policial abrió fuego contra los agentes.