La muerte corta bruscamente nuestra presencia en la tierra, pero no necesariamente lo hace en internet y redes sociales, donde la actividad que se desarrolló en vida y los bienes que se adquirieron en el ciberespacio, permanecen vigentes.
La vida real de las personas se refleja y se extiende actualmente al mundo digital, donde no cesa después de que se haya consumado en la tierra.
Las piezas de información dejadas en la red por quienes se han ido, como fotografías, videos, textos, y demás, ubicados en sus perfiles en Facebook, Twitter y otras redes y sitios, permanecen después de su muerte, e incluso tienen vida propia al continuar circulando y siendo alimentados por familiares, amigos y hasta por desconocidos de la persona fallecida.
Se estima, con base en los datos de mortalidad en el mundo y al número de usuarios de Facebook, que unos 428 usuarios de esta gigantesca red social mueren cada hora y más de 10 mil fallecen diariamente, dejando tras de sí una presencia digital.
Eventualmente, el número de personas fallecidas con presencia en Facebook podría sobrepasar al número de usuarios vivos, convirtiendo a esa red social en una gigantesco cementerio cibernético. La misma situación se registra también en otras grandes redes sociales como Twitter, Linkedln, Pinterest, Instagram y Flickr.
La inevitabilidad de la muerte plantea nuevos desafíos en el ciberespacio y las personas al igual que las redes sociales y otros sitios en internet se están viendo obligados a lidiar con ello.
Testamento de redes sociales
En 2012, el gobierno de Estados Unidos agregó a su lista de recomendaciones de finanzas personales el elaborar un “testamento de medios y redes sociales” y sugirió el designar a una persona para servir como ejecutor responsable de cerrar las direcciones electrónicas, blogs y otras cuentas en internet.
Esta persona deberá cumplir con los deseos del fallecido en relación al manejo de sus perfiles en las redes sociales, incluyendo si él o ella deseaban cancelar por completo todos los perfiles o mantenerlos como un recuerdo para ser visitado por amigos y familiares.
Las redes sociales se han ido adecuando a manejar o administrar la muerte de sus usuarios y han diseñado políticas que les permiten mantener un equilibrio entre respetar la privacidad de la persona fallecida y las demandas de los afligidos amigos y familiares.
Facebook añadió este año una nueva opción que ofrece a los usuarios el poder decidir si desea que su cuenta sea eliminada permanentemente cuando muera. O, si lo desean, pueden optar por designar a un amigo o miembro de la familia a tomar el control de algunos aspectos de la cuenta después de su muerte.
“Facebook es un sitio para compartir y conectarse con amigos y familiares. Para muchos de nosotros, es también un lugar para recordar y honrar a aquellos que hemos perdido. Cuando una persona muere, su cuenta puede convertirse en un memorial de su vida, de sus amistades y experiencias”, explicó la red social al anunciar esta nueva característica en febrero pasado.
Si un usuario decide permitir que alguien más maneje su página en el caso de su muerte, esa persona será capaz de escribir un post que mostrará en la parte superior la leyenda de que se trata de un sitio de una persona fallecida y que sigue operando en su memoria.
Dicha persona podrá responder también a las nuevas solicitudes de amistad, actualizar la imagen de perfil y la foto de portada.
Sin embargo, la persona designada no puede editar lo que el fallecido ya ha publicado, o lo que él o sus amigos publicaron en la página. Tampoco podrá ingresar a la cuenta, como la persona que murió, ni podrá ver sus mensajes privados o “inbox”.
Todo esto es opcional. Si el usuario no opta por estas variantes y no hace nada, cuando Facebook se entera de que ha muerto, simplemente congela su cuenta y deja los mensajes y fotos en la configuración de privacidad que se determinó en vida.
Muerte en Twitter
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Pero para lograr esto, los familiares de los fallecidos deben enviar a Twitter su nombre y contacto y todos los detalles, junto con una explicación de su relación con la persona que ha muerto, el nombre de usuario de la cuenta de Twitter y los enlaces a un obituario público que proporciona la prueba de la muerte.
A diferencia de Facebook, Twitter no otorga a los familiares el acceso a la cuenta de la persona fallecida o permite que la cuenta sea transferida a los familiares. Tampoco ofrece al usuario ninguna previsión que le permita planificar qué se hará con su cuenta una vez que haya muerto.
Cuenta de Google
Google tiene un programa llamado “administrador de cuenta inactiva” que permite a los que utilizan sus servicios decidir exactamente cómo desean que sus datos almacenados en los servidores de la compañía sean manejados, ya sea que se trate de los correos electrónicos en Gmail, las fotografías en Picasa, o los videos en YouTube.
El proceso es simple y se encuentra en las opciones de las cuentas de cada usuario. De esta forma, Google sabe que el usuario desea sea notificado cuando se desactive la cuenta, hasta un máximo de 10 nombres.
El usuario puede elegir cuando desea que Google ponga fin a su cuenta, por ejemplo, después de tres, seis, nueve o incluso 12 meses de silencio electrónico.
Linkedln y Pinterest
Linkedln, la red social orientada a los negocios y el empleo, elimina la cuenta del difunto sin transferir los datos a cualquier persona relacionada con la persona fallecida.
Los familiares o amigos del muerto puede informar a Linkedln del fallecimiento del usuario, pero no se puede pedir que se les proporcione los detalles de la cuenta, ni se puede pedir la transferencia de la misma.
Pinterest, otra de las grandes redes sociales, mantiene una estricta política que aplica en caso de usuarios fallecidos. Pinterest puede desactivar la cuenta de una persona que ha muerto si un miembro de la familia se pone en contacto y demuestra que el usuario ya no vive.
Una vez que han desactivado la cuenta, no se podrá acceder a más. Pinterest no proporciona ninguna información personal del usuario, ni permite acceso a sus datos.
Inmortalidad en la red
No solo son los sitios de las redes sociales las que ofrecen opciones sobre la manera de proceder con los datos e información digital de las personas después de la muerte. También han surgido compañías que ofrecen servicios para que uno mismo planifique la muerte digital, o para que sus seres queridos lo recuerden una vez que se haya ido.
Estos servicios son muy variados e incluyen desde el manejo y herencia de bienes digitales, como colecciones de libros electrónicos, música y fotografías, hasta el envío de correos electrónicos póstumos y memoriales en línea.
Existe incluso una compañía que promete la inmortalidad, con un sistema diseñado para que la presencia del usuario permanezca una vez que haya muerto.
La compañía Eter9 ha creado una red social que utiliza un sistema de inteligencia artificial para escanear la actividad de la persona fallecida en las diferentes redes sociales, los mensajes en Facebook y Twitter, las fotografías en Flickr o Pinterest y demás para reunir información sobre su personalidad, gustos, disgustos y aficiones.
Eter9 recopila toda esta información para crear «su» perfil que podría seguir publicando cosas en línea tal como lo haría en vida.