Antonio Tizapa, el padre de uno de los 43 estudiantes desaparecidos en septiembre de 2014, corrió hoy el maratón de Nueva York para llamar la atención sobre el caso y reclamar justicia.
Tizapa, en declaraciones tras la prueba, confió en que su iniciativa sirva para «que muchas personas más se unan a las protestas» y destacó la importancia de «seguir presionando al Gobierno» para que se encuentre a los jóvenes.
Frente a la versión oficial, que los da por muertos, muchos familiares de los estudiantes desaparecidos en el municipio de Iguala, en el estado sureño de Guerrero, consideran que podrían estar con vida y han recorrido varios países para pedir que se aclare el suceso.
Tizapa decidió correr el maratón de Nueva York como una forma de «difundir» el mensaje de las familias en uno de los acontecimientos deportivos más famosos del mundo y donde, a su juicio, puede lograrse un «mayor alcance».
Además de correr, Tizapa reunió a decenas de voluntarios, que mostraron fotografías de los jóvenes desaparecidos a lo largo del recorrido de la carrera, que atraviesa los cinco distritos de la ciudad de Nueva York y culmina en Central Park.
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El mexicano, trabajador de la construcción, completó el maratón en tres horas y 44 minutos, a pesar de estar aún recuperándose de una lesión que le impidió prepararse adecuadamente.
«Me lastimé 20 días, prácticamente dejé el entrenamiento en los días más rigurosos», explicó.
El pasado septiembre, un grupo de expertos comandados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) denunció irregularidades en la investigación y negó la hipótesis ofrecida por el Gobierno mexicano de que los estudiantes arrestados por policías corruptos y entregados a miembros del cártel Guerreros Unidos, que los mataron e incineraron en un basurero.
Esta semana, la CIDH anunció que los especialistas seguirán investigando el caso hasta abril del próximo año tras haber alcanzado un acuerdo con el Ejecutivo.