El gobierno británico planea permitir a las firmas de telecomunicaciones mantener registros del historial de Internet de sus clientes, y alentar la supervisión de computadoras y teléfonos móviles, bajo una nueva ley de ciberespionaje revelada el miércoles.
El proyecto intenta reemplazar a un mosaico de leyes, algunas que datan desde la infancia del Internet, y adaptar las leyes de espionaje a la nueva era digital.
La ministra del Interior, Theresa May, dijo que las nuevas leyes darían a los servicios de seguridad una «licencia para trabajar» en la era del Internet, pero grupos privados la llamaron una licencia para espiar.
Si es aprobado por el Parlamento, el proyecto de ley permitirá a la policía y los espías acceder a los registros de conexión a Internet, una lista de sitios, aplicaciones y servicios de mensajería que alguien visitó, aunque no las páginas individuales que vio o los mensajes que mandó.
A las compañías de comunicaciones se les exigirá mantener los registros durante más de un año y la policía puede solicitar órdenes para mirarlos como parte de investigaciones criminales o de terrorismo.
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«No puede ser justo que la policía hoy pueda encontrar a un niño secuestrado si los sospechosos estaban usando teléfonos móviles para coordinar su crimen, pero si estaban utilizando medios sociales o aplicaciones de comunicación entonces estarían fuera de su alcance», agregó.
Grupos de libertades civiles dijeron que la ley propuesta marca una enorme expansión de los poderes de espionaje.
«La factura de teléfono de hace 10 ó 20 años habría tenido un puñado de llamadas», afirmó Jim Killock,
director ejecutivo del grupo Open Rights. «Ahora es tu registro de lectura, tu tarjeta de la biblioteca, tus compras, tu vida social, tu salud».
«Es tal el gran cambio que hemos tenido en comunicaciones, que compararlo con los registros telefónicos subestima completamente lo que hay ahí».