Los estadounidenses celebraron hoy en familia el Día de Acción de Gracias, una festividad marcada este año por fuertes medidas de seguridad en los concurridos centros de transporte ante la alerta terrorista global por los recientes atentados yihadistas del Estado Islámico (EI).
Se calcula que unos 46 millones de personas se han desplazado para reunirse con sus familias en una festividad seguida por el Viernes Negro, la jornada de descuentos comerciales con la que se abre la campaña navideña.
La alerta terrorista global emitida esta semana por el Departamento de Estado y el temor tras los recientes ataques yihadistas parecen no haber afectado, como se temía, a los desplazamientos del día familiar por excelencia en Estados Unidos.
Se espera que más de dos millones de pasajeros vuelen cada día durante las vacaciones de Acción de Gracias, con las primeras salidas el pasado viernes y las últimas vueltas el próximo martes.
Son cifras récord desde 2007 y un aumento del 3% con respecto al año pasado, según las previsiones de Airlines for America, organización que reúne a las principales aerolíneas del país.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, animó en la víspera a viajar con normalidad porque no hay «ninguna información específica y creíble» que apunte a un ataque terrorista en el país. Pero los historiadores que no olvidan que Estados Unidos también tiene una raíz hispana aseguran que ya celebraban «Acción de Gracias» en la Florida los exploradores llegados de España en el siglo XVI.
No obstante, el aumento de la presencia policial es visible en aeropuertos, estaciones de tren y otros centros de transporte desde hace varios días.
En Nueva York, más de dos mil 500 efectivos de la Policía (200 de una nueva unidad contra el terrorismo) velaron por la seguridad del popular desfile de la cadena comercial Macy’s, que reunió hoy a unos tres millones de personas en el centro de la ciudad.
El evento se produjo sin incidentes, aunque la Policía interrogó a dos jóvenes que estaban volando un dron sobre el desfile, cerca de una de las entradas de Central Park, según informa The New York Times.
Uno de ellos fue citado ante la corte, pero no se conocen más detalles sobre un suceso que no enturbió el esperado desfile de personajes populares como Hello Kitty o Pikachu representados en forma de globos enormes.
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En Washington, un hombre fue detenido por saltar la verja del jardín norte de la Casa Blanca, según informó la CNN.
Los agentes del Servicio Secreto le detuvieron enseguida que pisó el jardín presidencial y por el momento no han ofrecido datos sobre el individuo.
En el momento del suceso, el presidente Obama se encontraba dentro de la residencia celebrando el Día de Acción de Gracias con su familia.
El detenido se suma a una lista de varios hombres que han intentado saltar la verja del jardín norte de la Casa Blanca en el último año, pese a los repetidos refuerzos en su seguridad.
El incidente más grave ocurrió el 19 de septiembre del año pasado, cuando un veterano de la guerra de Irak con supuestos problemas mentales, Omar J. González, se convirtió en el primer intruso armado en la historia de la mansión presidencial.
En la víspera de Acción de Gracias, el presidente, Barack Obama, llamó a la calma e insistió en que no hay ninguna amenaza terrorista concreta sobre el país.
El mandatario aseguró que, en caso de detectar «una amenaza específica a la seguridad, el público será informado», en un intento de tranquilizar a los ciudadanos tras los recientes ataques del EI, como los ocurridos el 13 de noviembre en París, y ante las amenazas explícitas del grupo contra Estados Unidos.
Pese al contexto de temor global, los estadounidenses han utilizado aviones, trenes y coches para reunirse con sus seres queridos en una jornada para pasar en familia alrededor del tradicional pavo asado y un copioso festín de acompañamientos.
El día de «Thanksgiving», el cuarto jueves de noviembre, se instituyó para rememorar el alivio con el que se dirigieron a Dios en 1621 los pioneros británicos llegados en el barco Mayflower, agradecidos por las cosechas que les permitieron sobrevivir al primer invierno en las costas del Nuevo Mundo.