Las autoridades de Estados Unidos detuvieron en 2015 a 56 sospechosos de terrorismo, el mayor número desde los atentados del 11 de septiembre de 2001, según un estudio publicado hoy por la Universidad George Washington.
En 2001 centenares de personas fueron puestas bajo custodia, según el estudio elaborado durante seis meses a través de siete mil documentos judiciales, que también detalla que a partir de marzo de 2014, un total de 71 individuos fueron acusados de actividades terroristas.
De estos sospechosos detenidos, el 86 % fueron hombres, el 51 % trató de viajar al extranjero para unirse a grupos como el EI, y el 27 % estuvo implicado en diferentes tramas para perpetrar ataques terroristas en suelo estadounidense, según el perfil elaborado por la Universidad George Washington.
En su mayoría, los detenidos son ciudadanos estadounidenses, de 26 años de media y en el 55 % de los casos fueron arrestados con ayuda de agentes encubiertos o informantes que se hacían pasar por terroristas, una técnica utilizada por el FBI con frecuencia y que ha provocado roces con la comunidad musulmana de EU.
Los expertos aseguran que el apoyo en el país a grupos yihadistas, como el Estado Islámico (EI o Dáesh), ha alcanzado niveles «sin precedentes», aunque se sitúa por debajo de la simpatía que estas ideas radicales despiertan en otros países occidentales.
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El grupo especializado en extremismo de la Universidad George Washington ha identificado a 300 estadounidenses que han utilizado las redes sociales para diseminar el mensaje del EI, que ha ocupado una amplia franja de territorio de Siria e Iraq para instaurar un califato y aplicar su interpretación de la sharía (ley islámica).
Desde que EU comenzara el pasado año una ofensiva de bombardeos al frente de una coalición internacional, no han cesado las detenciones y enjuiciamientos, el último el de Nicholas Michael Teausant, un ciudadano de California de 22 años que hoy confesó haber tratado de viajar a Siria para unirse al EI.
El reclutamiento de ciudadanos occidentales para luchar junto al EI se ha convertido en una de las mayores preocupaciones de EU y Europa al tratarse de individuos con libertad de movimientos y que, por tanto, podrían perpetrar atentados en suelo estadounidense o europeo.
Desde los atentados de París del 13 de noviembre de este año, donde murieron al menos 130 personas, países de todo el mundo han reforzado sus medidas de seguridad y se mantienen en alerta para evitar ataques yihadistas similares.