Cada vez pueden verse más «yanquis» que pasean por las playas de Cuba la «isla prohibida» del Caribe y los cubanos, por su parte, se acostumbran cada vez más a su presencia.
«Vienen tantos que a veces no pueden encontrar alojamiento», aseguró Nilda, quien alquila habitaciones en su casa situada en un barrio de La Habana. «Una se esfuerza por aceptarlos como huéspedes porque son amables y curiosos. Y pagan bien», comentó.
La cifra de estadounidenses que están visitando La Habana, playas como Varadero, a unos 130 kilómetros al este de la capital cubana, y toda Cuba, difiere según la fuente, pero aún es muy limitada por las restricciones que aplica la ley de embargo a Cuba del país vecino.
Estadísticas no oficiales en Cuba reflejan que alrededor de 100 mil vinieron en 2014. Los pronósticos para 2015 son de unos 150 mil, número aún muy alejado del millón que vaticinan expertos después que desaparezcan ls prohibiciones. Cuba recibe ahora más de tres millones de turistas al año, de los cuales 1.2 millones son canadienses. Los efectos del «deshielo» podrían elevar esa cifra anual global a nueve millones.
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Por el momento, los «yanquis», que los cubanos suelen llamar también de «yumas» con mucha más benevolencia, vienen frecuentemente pero a cuentagotas. Mucho antes de surgir el «deshielo» ambos gobiernos aceptaron un programa de contactos «pueblo a pueblo», aún vigente, que clasifica a los viajeros estadounidenses como «no turistas» aunque sí miembros de grupos de interés personal, como el religioso, el académico o el artístico, entre otros. Al comenzar el proceso de normalización, el presidente Barack Obama autorizó a esas personas a gastar algún dinero en Cuba, cuestión antes totalmente prohibida.
La percepción de Arnoldo Pérez, un taxista, es que «vienen cantidad (gran número, ndr) de Yumas.» «Cómo los reconoce?», preguntó ANSA. «En cuanto entran a mi carro (automóvil NDR) me preguntan si acepto dólares. Su inglés es el de las películas y yo termino preguntándoles. Han viajado conmigo parejas de Nueva York, familias de Nueva Orleans y turistas de Los Ángeles», aseguró.
Durante el compás de espera actual por la caída de las prohibiciones, los turistas de Estados Unidos por las calles de La Habana, no gustan de hablar con los periodistas. «Sorry friend. I dont need any trouble back home», (Lo siento amigo. No necesito problema alguno cuando regrese a casa) dijo a ANSA un estadounidense acompañado de su novia pelirroja y silenciosa. El turista dijo llamarse Nick y no pudo resistirse a subrayar: «somos felices en este momento».