Petróleos Mexicanos tiene un problema de liquidez y no de solvencia, afirmó su director José Antonio González Anaya.
Admitió que “está enfrentando problemas”, pues está en medio de su peor crisis financiera y de producción, por lo que se harán los ajustes necesarios —como el recorte de 100 mil millones de pesos a su presupuesto— acordes con la realidad del mercado.
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Aun cuando su nuevo plan contempla dejar de lado la explotación de proyectos con costos superiores a 25 dólares por barril, no devolverá áreas petroleras que le fueron asignadas en la Ronda Cero.
Las áreas de exploración y producción se verán afectadas y se reducirán las inversiones en aguas profundas, lo que generará una disminución de 100 mil barriles diarios de petróleo.
El objetivo, ser una empresa rentable
Ante el impacto por los bajos precios del petróleo y el nuevo entorno del mercado energético nacional, Petróleos Mexicanos se ha visto obligada a ajustarse para alcanzar la meta de ser una empresa rentable.
José Antonio González Anaya, director general de Pemex, en entrevista con Excélsior, reconoció que la petrolera “está enfrentando problemas”, pues se encuentra en medio de su peor crisis financiera y de producción, por lo que se harán los ajustes necesarios y acordes a la nueva realidad del mercado energético.
“Estamos en una situación difícil, sobre todo de liquidez en el corto plazo, que nos está forzando a tomar decisiones importantes y difíciles, pero en el largo plazo, si hacemos los pasos adecuados, la empresa debe tener solvencia”.
Actualmente, el comportamiento negativo del mercado petrolero ha provocado que Pemex registre las peores pérdidas financieras de su historia, con una caída en los niveles de producción de crudo, lo cual se suma al recorte de 100 mil millones de pesos a su presupuesto para este 2016.
Según el funcionario, con los cambios que contemplan el desarrollo sólo de proyectos rentables, aplazamiento de inversiones y reducción de gastos de administración, le permitirán a la compañía cumplir con sus obligaciones laborales y principalmente con las financieras, ya que su nivel de deuda es alarmante, siendo este uno de los motivos por los cuales se registró una baja en su calificación crediticia, riesgo que aún permanece latente si no se logran resultados positivos en el corto plazo.
Opciones
Ante esta situación, González Anaya aseguró que la empresa trabaja en buscar un perfil crediticio de largo plazo para el desarrollo de sus proyectos, que al mismo tiempo le permita estabilizar el lastre que tiene y alcanzar niveles manejables acorde a sus ingresos.
Aun y cuando su nuevo plan contempla dejar de lado la explotación de proyectos con costos superiores a 25 dólares por barril, negó la posibilidad de devolver al gobierno federal áreas petroleras que le fueron asignadas a Pemex en la llamada Ronda Cero.
“Pemex está sentado en un montón de activos petroleros importantes y tenemos que ajustarnos para hacernos más eficientes y poderlos capitalizar mejor”, tomando como ejemplo las acciones que otras petroleras internacionales han realizado.
Por ello, buscarán utilizar las herramientas que ya les ha dado la aprobación de la Reforma Energética, como es el caso de las asociaciones con la iniciativa privada a través de los farm outs y la migración de contratos y asignaciones.
“Hasta hace poco había muchas actividades que estaban reservadas al Estado, sólo a través de Pemex y hoy se pueden hacer todas estas figuras que le van a permitir a Pemex, no sólo traer recursos financieros, sino nueva tecnología, nuevos procesos, más eficiencia”.
Nuevas realidades
Calificadoras como Moody’s se encuentran a la espera de los resultados de estos cambios, que les permita definir si la perspectiva de la empresa se mantendrá negativa o si logra revertir la situación y mejora su nota. Sin embargo, la empresa no tiene un tiempo definido para lograr efectos positivos, aunque espera que éstos puedan alcanzarse en el corto plazo, ante la urgencia que ya presenta la empresa.
“Cada quien emite sus juicios, creemos que éste es un buen programa de ajuste, así nos lo calificó el Consejo de Administración. Tengo que ser respetuoso de sus opiniones (de las calificadoras), pero con este programa estamos asegurando que vamos a llegar a nuestra meta de balance financiero que nos puso el Congreso”.
El directivo se negó a dar un número de posibles despidos laborales, pues asegura que éste es un tema que debe ser discutido con el Sindicato Petrolero, a fin de llegar a un acuerdo, pero detalló que la decisión será tomada con base a la necesidad de una mayor rentabilidad.
“Pemex se tiene que ajustar a las nuevas realidades: una, la de los bajos precios, y la otra, el de una empresa productiva del Estado, jugando un papel preponderante e incluso determinante en el sector energético de México”.
Menores inversiones, pero incremento en los ahorros
Las áreas de Pemex Exploración y Producción, así como de Transformación Industrial serán las filiales que mayor afectación sufrirán por el recorte al presupuesto de Pemex, pues entre las dos deberán hacer ajustes por 83 mil millones de pesos.
En la primera, su ajuste asciende a 46 mil 800 millones de pesos, por lo que será obligada a reducir gastos, como es las inversiones en aguas profundas y campos con un costo de producción superior a 25 dólares por barril.
El director de Pemex, José Antonio González Anaya, aseguró que estas acciones van a generar una disminución de 100 mil barriles diarios de crudo en los actuales niveles de producción.
Explicó que como parte de este esquema se llevarán a cabo tres líneas de acción, pues en primera se generarán eficiencias y reducirán costos para incrementar la productividad con lo que se esperan ahorros por 28 mil 900 millones de pesos, el segundo aplaza inversiones 65 mil millones de pesos, y por último ajustará el gasto de operación para que esta pueda ser rentable en el entorno actual, lo que equivaldrá a seis mil 200 millones de pesos.
Es así que las empresas productivas del Estado serán las principales encargadas de hacer el recorte, en el caso de Exploración y producción, deberá tener un ajuste de 46 mil 800 millones de pesos, de los cuales 13 mil 100 millones se prevén por una reducción de gastos. El corporativo deberá recortar 13 mil 100 millones, Pemex Logística tres mil 600 millones de pesos, Transformación Industrial, con 36 mil 200 millones de pesos.