El capo histórico Rafael Caro Quintero, miembro de la primera generación de jefes del narcotráfico mexicano, pretende quedarse con parte del imperio de las drogas de Joaquín El Chapo Guzmán.
De acuerdo con el semanario Proceso, que cita varias fuentes, Caro Quintero es el hombre que se atrevió a desafiarlo y a atacar recientemente su principal santuario en las montañas de Sinaloa. El veterano criminal fue excarcelado en agosto de 2013 tras 28 años en prisión (debía cumplir 40) por fallas en el proceso judicial, ante el disgusto de las autoridades estadounidenses.
Hasta ahora se creía que el hombre, de 63 años, se encontraba jubilado viviendo de rentas o dedicándose a la agricultura y la ganadería en un próspero rancho de algún lugar desconocido del país. Pero en lugar del «retiro dorado» con la fortuna acumulada durante sus exitosos tiempos como narcotraficante, Caro ha estado muy ocupado en los casi tres años que lleva libre en preparar su retorno a lo grande al escenario de las drogas.
Según las fuentes citadas por la revista, el ex jefe y fundador del Cártel de Guadalajara, desaparecido, es el que está detrás del ataque al principal baluarte de Guzmán, de 59 años, que aguarda su extradición a Estados Unidos luego de huir dos veces de prisión.
El pasado 11 de junio, unos 150 hombres armados irrumpieron antes del mediodía local a Badiraguato, y atacaron La Tuna, su «sancta sanctorum», el lugar donde nació Guzmán, e inclusive se atrevieron a allanar la vivienda de su madre, de la cual robaron motos y vehículos.
Según el reporte recién publicado, Caro Quintero ha establecido alianzas con el Cártel de los Beltrán Leyva y otras organizaciones criminales para enfrentar a Guzmán.
El ex jefe criminal se ha aprovechado de la debilidad de Guzmán luego que fue recapturado el pasado 8 de enero, a seis meses de su espectacular evasión a través de un pasadizo de mil 500 metros de largo y 15 de profundidad de una cárcel de alta seguridad cerca de la capital.
El «alfil» de Caro Quintero sería Alfredo Beltrán Guzmán, El Mochomito, sobrino de Guzmán e hijo de uno de los hermanos Beltrán Leyva, ex socios de El Chapo, con quienes en algún momento se separó y enfrentó a muerte.
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Según la publicación, otro actor que participa en esta alianza es el Cártel de Jalisco Nueva Generación, heredero del grupo criminal fundado por Caro Quintero.
Este último forma parte de la triada de capos históricos que integraron Ernesto Fonseca Don Neto, tío de Amado Carrillo El señor de los cielos y Miguel Angel Félix, El Padrino, ex zar de la cocaína, que se encuentran todavía en prisión.
Caro es acusado del asesinato cometido en 1985 del agente antidrogas estadounidense Enrique Camarena y el piloto mexicano Alfredo Zavala, que generó un gran escándalo en su momento. El comandante de la Tercera Región Militar, Alfonso Duarte, confirmó a Proceso que El Mochomito, hijo de Alfredo Beltrán Leyva, fue el instigador directo del primer ataque a varios poblados de Badiraguato, que fue interpretado como una «declaración de guerra».
La madre de Guzmán, Consuelo Loera, tuvo que ser evacuada de emergencia por aire para ponerla a salvo después de ese ataque.
Sobre Caro Quintero, el reporte periodístico afirma que regresó de lleno al negocio de las drogas y se dedica al tráfico de marihuana, metanfetaminas y cocaína, pese a que justicia lo persigue de nuevo tras los reclamos de Estados Unidos. El Triángulo Dorado, la escarpada zona en los límites de los estados de Sinaloa, Durango y Chihuahua, es uno de los antiguos territorios de Guzmán ahora en disputa, por donde transitan grandes alijos de droga hacia EStados Unidos.
El semanario señala apoyado en diversas fuentes señala que cuando Caro Quintero fue liberado se reunió con Guzmán y su mano derecha Ismael El Mayo Zambada, a quienes les dio garantías de que respetaría su hegemonía y «se mantendría en paz».
Sin embargo, no pudo mantener su promesa y decidió regresar por sus fueros a la actividad que lo hizo tan famoso como el propio Chapo Guzmán.