Los habitantes del País Vasco irán a votar en paz el domingo, cinco años después de que ETA abandonara la violencia, y se espera la victoria de los partidos que piden al Gobierno central una mayor autonomía.
El Partido Nacionalista Vasco (PNV) será, según los sondeos, la formación más votada y espera mantener un tercio de los 75 diputados del Parlamento autonómico.
Le seguiría EH Bildu con 17 diputados, según los sondeos.
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EH Bildu, que se resiste a condenar de manera rotunda a ETA pero quiere «hacer autocrítica para avanzar en la reconciliación», tendrá que competir con la rama local de Podemos.
Los de Podemos podrían conquistar 15 asientos gracias a su apuesta por una política social y la celebración de un referendo sobre la autodeterminación del País Vasco.
Por su parte, los dos grandes partidos nacionales, el PSOE y el Partido Popular, quedarían relegados a la cuarta y quinta posiciones, respectivamente.
Los dos millones de habitantes del País Vasco, una próspera región industrial del norte de España que durante 40 años sufrió el azote de la violencia de ETA en nombre de su lucha por la independencia, han decidido «pasar página», resume el abogado vasco Xabi Etxebarria.
El último atentado de ETA se remonta al año 2010 y fue cometido en Francia.
«Lo que más me sorprende es cómo ha envejecido el tema de la paz y del fin de la violencia», señala el secretario general para la Paz del Gobierno vasco, Jonan Fernández. «Es como si hubieran pasado 25 años», constata.
El 20 de octubre de 2011, el grupo armado al que se le atribuyen 829 muertos, además de numerosos secuestros y una larga campaña de extorsión a empresarios locales, renunció definitivamente a la lucha armada.
Desde entonces, la banda pide negociar su disolución con los Gobiernos de España y Francia, a cambio de una amnistía o un reagrupamiento de sus alrededor de 350 presos diseminados por las cárceles de ambos países.
Sin embargo, París y Madrid se mantienen firmes y repiten que no negociarán con unos «terroristas» que lo único que deben hacer es disolverse y entregar las armas.
«El País Vasco está en la frontera difusa entre memoria y olvido», explica el diputado socialista Eduardo Madina, víctima de un atentado de ETA con 26 años.
Con el fin de la violencia, el desempleo se ha convertido en la principal preocupación para el 58,2% de los vascos, según un sondeo del instituto MyWord.
ETA ya sólo le preocupa al 1% de las personas interrogadas en la región, la que más autonomía tiene dentro de España, ya que además de gestionar salud y educación posee su propia policía y goza de un régimen fiscal privilegiado. AFP