El presidente ruso, Vladimir Putin, llegó este miércoles a Berlín para asistir a la primera cumbre en un año sobre el conflicto ucraniano con los dirigentes de Alemania, Francia y Ucrania, una difícil reunión a la que seguirá otra igualmente complicada sobre Siria.
El líder ruso fue recibido por la jefa de gobierno alemán, Angela Merkel, a las 18H30 locales (16H30 GMT).
No muy lejos de la sede del gobierno, unas decenas de manifestantes blandieron osos de peluche ensangrentados para protestar contra los bombardeos en Siria y gritaron consignas contra Moscú.
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Este encuentro con Angela Merkel, François Hollande y Petro Poroshenko corre el riesgo de no saldarse con resultado alguno -es lo que temen los propios participantes-, mientras la aplicación de los acuerdo de paz de Minsk de 2014 está empantanada desde hace varios meses.
«Hay problemas sobre varios temas, el alto el fuego, las cuestiones políticas o humanitarias» dijo la canciller alemana en vísperas de la cumbre. «No podemos esperar un milagro, pero tal como están las cosas, hay que hacer todos los esfuerzos», dijo.
En la agenda figuran principalmente el respeto -bastante escaso- al alto el fuego entre fuerzas ucranianas y rebeldes prorrusos, la adopción de una ley electoral y la organización de elecciones en el este del país, bajo control de los rebeldes pro Moscú.
Sobre estos temas, Rusia y Ucrania no dejan de lanzarse acusaciones mutuas. Poco después de anunciarse esta cumbre, ambos países se reprocharon recíprocamente violar los acuerdos existentes, lo que ciertamente es de mal augurio para la reunión de Berlín.
El portavoz del Putin, Dimitri Peskov, aseguró que «Kiev no hace nada», mientras que la presidencia ucraniana dijo esperar que la reunión de Berlín «impulse a Rusia a aplicar los acuerdos de Minsk».
Moscú, acusado de atizar la crisis armando y apoyando a los rebeldes, rechaza estos reproches y considera en cambio que le corresponde a Ucrania respetar sus compromisos con vistas a una creciente autonomía de la región del Este.
Esta cumbre se celebra en víspera de una reunión de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea que analizará el tema de las relaciones con Moscú, los bombardeos rusos contra Alepo y las sanciones impuestas a Rusia por el conflicto ucraniano y la anexión de Crimea. AFP