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La ONU calificó este martes de «aterradora» la situación de los civiles en el Este de Alepo, donde las tropas gubernamentales acorralan a los rebeldes en sus bastiones, destrozados por los violentos bombardeos de los últimos días.
En tres días, los soldados de Bashar al Asad se han adueñado de más de un tercio de la zona rebelde en la segunda ciudad del país, el mayor frente abierto en el conflicto sirio, que ha dejado más de 300.000 muertos en más de cinco años.
En los últimos meses, el ejército sirio ha lanzado varias ofensivas para reconquistar el este de Alepo, en manos de los rebeldes desde 2012.
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Pero no consiguió grandes avances hasta la última operación lanzada el 15 de noviembre, que permitió romper las defensas rebeldes, incapaces de resistir al poderío terrestre y aéreo desplegado por el régimen y sus aliados extranjeros, como la aviación rusa y el Hezbolá libanés.
El rápido avance del ejército provocó que cerca de 16.000 civiles huyeran del este de Alepo «en los últimos días», anunció este martes el responsable de operaciones humanitarias de la ONU, Stephen O’Brien.
Según las Naciones Unidas, 10.000 civiles se dirigieron al oeste de la ciudad, controlado por el régimen, mientras que entre 4.000 y 6.000 personas encontraron refugio en el pequeño enclave de Sheij Maqsud, en manos de las fuerzas kurdas.
Otros miles de civiles huyeron hacia el sureste de Alepo, después de que el régimen reconquistara el noreste de la ciudad.
Por culpa del asedio del régimen, las últimas raciones alimentarias suministradas por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) están agotadas desde el 13 de noviembre y las reservas de las demás agencias humanitarias «disminuyen», precisó el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric.
Las imágenes tomadas por la AFP muestran calles devastadas por los combates.
Aunque los civiles lograron resistir a los ataques y al sitio impuesto por el régimen desde julio, con los últimos avances del ejército «es probable que otros miles de [habitantes] se vean obligados a huir si continúan los combates», vaticinó O’Brien.
La situación también es tensa en el oeste de la ciudad, blanco de ataques rebeldes, añadió.
La caída del este de Alepo supondría la peor derrota de los rebeldes desde 2011 y le permitiría al régimen centrarse en la reconquista de otras ciudades.
Ante la «catástrofe humanitaria» de Alepo, el ministro francés de Relaciones Exteriores, Jean-Marc Ayrault, pidió una reunión inmediata del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Alepo.
«Más que nunca, es urgente establecer un cese de los enfrentamientos y permitir un acceso sin obstáculos de la ayuda humanitaria», dijo.
El Consejo de Seguridad ya tenía previsto abordar la situación en Siria este martes.
En Rusia, principal aliado de Damasco, el portavoz del ministerio de Defensa, el general Igor Konachenkov, criticó la «ceguera» de los occidentales «cuando se trata de evaluar la situación real en Alepo».
Las operaciones del ejército «permitieron cambiar radicalmente la situación en estas últimas 24 horas», celebró.
Según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, la última ofensiva del ejército ha dejado al menos 257 civiles muertos, incluidos 32 niños, en el este de Alepo desde el 15 de noviembre.
Por su parte, los rebeldes han matado a al menos 40 civiles, entre ellos 18 niños, en sus ataques a las zonas gubernamentales. AFP