
Por Ahmed Tolba y Daren Butler
EL CAIRO/ESTAMBUL (Reuters) – El grupo insurgente Estado Islámico se atribuyó la responsabilidad por el ataque armado en un club nocturno de Estambul en la madrugada de Año Nuevo, que dejó 39 muertos y que fue perpetrado por un individuo que sigue prófugo.
El grupo yihadista calificó el club nocturno Reina como un punto de reunión para los cristianos que celebran su «fiesta apóstata». El atentado, aseguró Estado Islámico, fue en venganza por la participación militar turca en Siria.
«El apóstata gobierno turco debería saber que la sangre de los musulmanes derramada con el fuego de aviones y de la artillería encenderá, con el permiso de Dios, el fuego en su propia tierra», aseguró Estado Islámico en un comunicado.
Las autoridades turcas, en tanto, están cerca de identificar plenamente al responsable del ataque y han detenido a ocho personas, dijo el lunes el viceprimer ministro, Numan Kurtulmus, en una rueda de prensa.
«La información sobre las huellas dactilares y el aspecto básico del terrorista ha sido encontrada. En el proceso posterior a esto, rápidamente se llevará a cabo el trabajo de identificarlo», dijo Kurtulmus.
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Más temprano, el diario turco Hurriyet dijo que las autoridades creen que el agresor podría provenir de una nación del Asia central y que detrás del ataque podría estar la misma célula responsable del atentado contra el principal aeropuerto de Estambul en junio, en el que murieron 45 personas.
Turquía, un miembro de la OTAN que es parte de la coalición liderada por Estados Unidos para combatir a Estado Islámico, lanzó en agosto una incursión en la vecina Siria para expulsar de sus fronteras a milicianos radicales suníes a través de una ofensiva terrestre respaldada por aviones de combate.
El ataque en el club Reina, popular entre famosos turcos y turistas ricos, sacudió a Turquía, que trata de recuperarse de un fallido golpe de Estado ocurrido en julio y de una serie de atentados mortales, algunos atribuidos a Estado Islámico y otros a milicianos kurdos.
Cerca de 500 a 600 personas estaban en el Reina cuando ocurrió el ataque y algunos saltaron a las aguas del Bósforo para intentar salvarse. Testigos relataron que el atacante gritaba «Allahu Akbar» (Dios es grande) al momento de disparar.
Se cree que el atacante tomó un taxi en el barrio de Zeytinburnu, al sur de Estambul, y que debido al intenso tráfico se bajó y caminó cuatro minutos hasta la entrada de la discoteca, informó el diario Haberturk.