La policía turca detuvo al presunto autor de la matanza de 39 personas en una discoteca de Estambul la noche de Año Nuevo, un uzbeko afiliado al grupo Estado Islámico (EI), anunció el lunes la cadena estatal de televisión TRT.
Según la agencia progubernamental Anadolu, el detenido es Abdulgadir Masharipov, de nacionalidad uzbeka. La agencia de prensa Dogan indicó por su parte que dentro del grupo extremista EI usaba el alias de Ebu Muhammed Horasani.
Dogan publicó una foto del sospechoso, sostenido por el cuello por las fuerzas del orden, con heridas en el rostro y rastros de sangre.
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El yihadista fue encontrado con su hijo de cuatro años en un apartamento del barrio de Esenyurt de Estambul durante un operativo policial, según TRT.
Estuvo prófugo más de dos semanas y según habían adelantado algunas versiones no había salido de Estambul.
Las autoridades habían reforzado los controles fronterizos para evitar que el autor del ataque reivindicado por el grupo Estado Islámico se escapase.
El 8 de enero pasado, los servicios de inteligencia había divulgado su nombre, precisando que tenía 34 años, era oriundo de Uzbekistán y que formaba parte de una célula del EI en Asia Central.
La captura del extremista fue resultado de una redada lanzada conjuntamente por la policía y los servicios secretos turcos MIT.
Según TRT, el sospechoso se había alojado en un apartamento arrendado por un individuo oriundo de Kirguistán, que también fue detenido.
Según Anadolu, cinco personas en total fueron capturadas en la redada, entre ellas tres mujeres.
La masacre en la discoteca Reina marcó de forma sangrienta el inicio de año en Turquía, un país sacudido en 2016 por una ola de atentados atribuidos al EI y a rebeldes kurdos.
El ataque ocurrió a la 01H25 del 1º de enero cuando el yihadista armado con un fusil de asalto ingresó a la discoteca situada a orillas del Bósforo y disparó entre 120 y 180 veces, utilizando cargadores dobles para optimizar el tiempo de recarga y apuntando siempre al torso de las víctimas.
El yihadista llegó delante de la discoteca Reina, situada a orillas del Bósforo, y mató a dos personas en la entrada, antes de irrumpir en el local y cometer la masacre.
Las autoridades estiman que el atacante había recibido un entrenamiento avanzado para usar armas, según medios turcos.
Los investigadores creen que utilizó granadas cegadoras para desorientar a sus víctimas, mientras se aseguraba que les apuntaba a la parte superior del cuerpo para aumentar el número de muertos.
El estado de emergencia, instaurado tras el fallido golpe de Estado del 15 de julio, fue prolongado poco después por tres meses más por el gobierno del presidente Recep Tayyip Erdogan.
El atentado fue perpetrado mientras el ejército turco intentaba tomar la ciudad de Al Bab, un bastión del EI en el norte de Siria, donde Ankara había lanzado una ofensiva contra los yihadistas y las milicias kurdas.
En su comunicado de reivindicación, el EI acusó a Turquía, un país de mayoría musulmana, de haberse aliado con los cristianos, probablemente en alusión a la participación turca en la coalición internacional antiyihadista, liderada por Washington. AFP