El móvil del tiroteo en la discoteca Blue Parrot que acabó con cinco muertos -tres extranjeros y dos mexicanos, y 15 heridos- en la localidad de Playa del Carmen pudo ser la extorsión, un conflicto por narcomenudeo o el asesinato de una de las personas que estaba en el lugar.
Las autoridades barajan las tres posibilidades, pero hasta que se aclare qué motivó el ataque, los vecinos del lugar temen que la violencia crezca en este enclave turístico sobre el litoral del Caribe mexicano en cuyas calles prolifera una creciente y nada discreta compra-venta de droga.
Un día después del ataque de Playa del Carmen, una fotografía subida a las redes sociales sugería que el ataque era fruto de una lucha entre grupos del crimen organizado ya que en una pancarta firmada por «Zetas vieja escuela», una escisión del cártel de los Zetas, se amenazaba al personal del festival y se decía que iban a «cortar cabezas» por no alinearse.
El fiscal de Quintana Roo, Miguen Ángel Pech, en entrevista con The Associated Press, dijo que las autoridades investigan la pancarta.
Por otro lado, el martes por la tarde, en hechos que todavía se desconoce si están o no relacionados con lo ocurrido en la discoteca, la fiscalía del estado, ubicada en la ciudad de Cancún, fue atacada con artefactos explosivos y luego tiroteada.
Según explicó a la AP un trabajador de una gasolinera cercana, que pidió guardar su identidad por cuestiones de seguridad, dos sujetos en una moto llegaron hasta la sede de la fiscalía y lanzaron dos artefactos que explotaron en la explanada de fuera del edificio. A continuación se escucharon ráfagas de disparos de armas largas, añadió.
Poco después, un periodista de la AP escuchó disparos en la parte de atrás del mismo edificio y vio como era sacado de la caseta de seguridad lo que parecía un cadáver.
Hasta que las autoridades se pronuncien sobre estos ataques, el centro de atención en la región estaba en lo ocurrido en la discoteca Blue Parrot.
Después de ofrecer distintas versiones a lo largo del lunes, el fiscal explicó el martes que las últimas investigaciones indicaban que un atacante disparó directamente a una de las víctimas en plena madrugada cuando el local estaba abarrotado y se clausuraba un festival de música electrónica.
Después comenzó el tiroteo y el fuego cruzado, pero no está claro si éste ocurrió entre el atacante y los guardias de seguridad de la discoteca o con los guardaespaldas del mexicano atacado. Tampoco se sabe por qué alguien quería asesinar a ese hombre.
Pech, informó que sus familiares dijeron a la fiscalía que tenía «un familiar importante» en el Gobierno del Estado de Veracruz, una región plagada de corrupción y violencia.
Uno de los guardias fue alcanzado por las balas y al caer, su arma se disparó hiriendo a gente del público, añadió Pech, quien aseguró que el atacante huyó y que un taxista que le ayudó a escapar está vinculado con casos previos de intentos de extorsión, una práctica habitual en muchos lugares de México donde los negocios son obligados a pagar una cuota para evitar ser atacados por el grupo criminal que controle ese lugar.
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Según el fiscal, que no se cumpliera con este pago es la línea de investigación «más fuerte» pero las otras opciones son que quien entró hubiera sido «contratado expresamente para ejecutar a la persona» o que fuera «a reclamarle porque no le había permitido la venta de algún tipo de drogas en el interior».
Mientras, en las calles, crece la preocupación.
«Nos ha alcanzado», dijo Lenin Amaro, un empresario y político local, en relación a la violencia asociada al narcotráfico que sacude al país. «Esto es una muestra de lo que ha estado pasando. Vivíamos en lo puedes llamar una burbuja».
En la lista de fallecidos publicada el lunes por las autoridades aparecen dos ciudadanos mexicanos, un canadiense, una estadounidense y un italiano. Otras 15 personas resultaron heridas, incluyendo al menos dos procedentes de Canadá y otras dos de Estados Unidos. Solo 3 permanecen hospitalizados.
Un hombre que estaba en el interior del local en el momento del tiroteo dijo que se escondió en un almacén hasta que cesaron los disparos. Reside en la zona y es un habitual de la discoteca, por lo que habló bajo condición de anonimato por seguridad.
Según su relato, los Zetas controlan todo el tráfico de drogas en el centro turístico del Caribe mexicano y, en los grandes clubes, el cartel tiene varias personas que se dedican a la venta de estupefacientes, normalmente en el exterior de los baños. En los dos últimos años, la venta de droga es más evidente que antes.
«En esta zona los Zetas lo controlan todo y por eso todo está bien», dijo. «Todos los clubes de aquí, todos los clubes, están controlados. En los baños, en todas partes, controlan las drogas. Te ofrecen drogas abiertamente. Los hombres de negocios, los de los clubes nocturnos, no pueden hacer nada. Pueden quemar tu edificio».
Las autoridades locales toleran la presencia de narcotraficantes mientras no «metan la pata», agregó. Por este motivo no cree que el cartel sea el responsable de la balacera. «Los Zetas no hacen esto porque van a matar su propio negocio», dijo. «Si no hay clientes, no hay drogas».
Él y otros especularon que un miembro de una banda rival intentó vender droga en el local o quizá perjudicar su negocio. La seguridad no utilizaba detectores de metales, explicó.
Un promotor extranjero que asistió al festival pero que estaba en otro evento en Playa del Carmen en el momento de la balacera, señaló que muchos asistentes se marcharon a Tulum, más al sur, por miedo a quedarse en la ciudad. Varias fiestas que no estaban directamente relacionadas con el festival, pero que buscaban aprovecharse de la presencia de tantos DJs en la zona en los próximos días, fueron canceladas, agregó.
El promotor, que pidió hablar bajo condición de anonimato por motivos de seguridad, lamentó que el crimen organizado dañase el festival. AP