
Al menos 9.000 militares del Ejército y las Fuerzas Armadas patrullarán desde hoy las calles de Río de Janeiro en una operación “preventiva”, en un contexto de conflicto laboral con la policía militar.
“No existe ningún descontrol, ninguna insuficiencia o indisponibilidad de recursos de los órganos de seguridad”, afirmó hoy el ministro brasileño de Defensa, Raul Jungmann, al anunciar la medida que, inicialmente, se prolongará hasta el día 22 pero que puede ser prorrogada para reforzar la seguridad durante el carnaval, del 26 al 28 de febrero.
La presencia del Ejército en las calles de Río responde a una petición del gobernador del estado, Luiz Fernando Pezao, tras el acuartelamiento de varios batallones de policía militar en protesta por la congelación de sus salarios y sus condiciones laborales.
“No hay desorden”, insistió en el ministro, que aseguró que el 97 por ciento de la policía militar de Río de Janeiro está cumpliendo con su trabajo en las calles.
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“Si las fuerzas armadas no hubieran actuado, controlando saqueos e incendios, la población estaría a merced de los vándalos” en Espíritu Santo, agregó el ministro.
Las protestas de Espíritu Santo se extendieron por otros estados, como Pará o Río, donde desde la pasada semana esposas de policías militares se manifiestan en las puertas de algunos cuarteles en demanda de mejoras en las condiciones laborales y la actualización de salarios.
El presidente brasileño, Michel Temer, reiteró que las Fuerzas Armadas están “listas para restablecer el orden público” en caso de huelgas de policías y volvió a calificar lo ocurrido en Espíritu Santo como una “insurgencia” de los policías militares. EFE